Rosalba, costurera y madre de Josué, vive entre el duelo y la impotencia. Tras la muerte de su hijo, solo pide poder ver a su nieta Dianita, pero Tamara, madre de la niña, se lo impide mientras le exige dinero de manutención. A días de la presentación de la pequeña, Rosalba vendió su casa para cubrir el vestido y la fiesta, pero aun así Tamara le advirtió que no la quiere en el evento.