Ana sabía que tarde o temprano la verdad saldría a la luz, pero jamás imaginó que sería de esa forma. Para ella, el pasado estaba marcado por una separación, una soledad profunda y la cercanía de Carlos, quien llegó a su vida cuando ella tenía 30 años y él apenas 19. Aunque Isabel tiene derecho a conocer su origen, Ana su madre se niega a contarlo.