Estos días hay análisis y artículos en todo tipo de prensa anticipando la caída de Estados Unidos como el único superpoder sobre esta tierra. Donald Trump, ya nos demostró el alcance de su capacidad y su incapacidad para gobernar.
Hay millones de estadounidenses que recuerdan su administración como un gran gobierno. Pero millones más, siguen dudando de que su liderazgo sea positivo; sin embargo, debo aclarar que esta columna no es hoy sobre Trump o su capacidad de gobernar. Esta columna es sobre el país que Trump recibirá en 7 días.
Trump llega a una economía fuerte y estable
Recibe una economía con mercados financieros estables, que por esa razón atraen inversiones de todo el mundo. Sin embargo, esos mercados financieros son muy frágiles. Por eso, no necesitan que la Casa Blanca provoque más caos. Trump trae demasiadas contradicciones en sus políticas.
Además, los aranceles están siendo usados como palanca y arma contra países aliados y contra adversarios por igual. Socios comerciales listos a tomar represalias contra esos aranceles.
Trump puede causar una nueva crisis si le quita a La Reserva Federal, la independencia de acción que tiene desde que fue creada. Eso incluye la intención del futuro presidente de tratar de manipular las tasas de interés y necesitará tener mucho cuidado con sus recortes de impuestos para los ricos, porque eso amplía el déficit fiscal.
El peligro #1: Las deportaciones masivas. Menos inmigración reduce la fuerza laboral. Eso alimentará aún más la inflación y, a su vez, las tasas de interés.
Fuera de eso EE. UU. tiene una enorme fuerza laboral calificada. Si bien hay preocupaciones sobre las brechas de habilidades, en general esa fuerza de trabajo está bien entrenada y es muy productiva.
Estados Unidos tiene competencia mundial muy fuerte
Durante varios años hemos visto el ascenso de otras potencias. Usted ya sabe que China a pesar de su declive reciente, tiene un rápido crecimiento económico y militar. En Washington es considerado el principal desafío al dominio mundial de Estados Unidos.
China tiene una creciente influencia global. Tiene avances tecnológicos y una política exterior asertiva, que por ejemplo todos los días quiere arrebatarle a Estados Unidos su dominio geográfico en las Américas, y su dominio militar y económico en Asia.
Pero no hay que engañarnos, el equilibrio de poder puede dar la impresión de que está cambiando. Pero es solo una ilusión óptica. El reciente declive chino, no es espejismo, es real; sin embargo, es cierto también que hay otras potencias emergentes, como India, Brasil o incluso Rusia.
Ese es el mayor reto que Donald Trump tiene ante sí; un mundo más multipolar en el que Estados Unidos tiene menos poder relativo.
Los desafíos económicos que enfrentará Trump
La primera es sin duda, la creciente deuda nacional de Estados Unidos y las preocupaciones sobre su sostenibilidad económica a largo plazo. Este reto en particular plantea muchas preguntas sobre la capacidad de Estados Unidos para mantener su papel de líder global.
En Estados Unidos en forma creciente, nos enfrentamos a una desigualdad de ingresos que no se ha podido amansar. Eso lleva a crecientes disparidades económicas en la sociedad estadounidense que están debilitando lo que fue su principal cohesión social, un país en el que todos eran iguales, con una clase media estable. Hoy eso cambió, y por eso la sociedad estadounidense está dividida ideológicamente.
A eso, auméntele el resentimiento de los menos educados de que la inmigración extranjera les quitó su posición y la seguridad que conocieron desde los 1950’s. Por eso Trump les sigue inculcando el espejismo de que eso regresará con su movimiento de “Make America Great Again”.
Trump usa el resentimiento social para su beneficio político. Lo increíble es que la gente que lo sigue no recuerda que, en su última presidencia, a pesar de las mismas promesas, las desventajas económicas y sociales se quedaron igual.
Increíblemente, Joe Biden hizo más por esa gente que Trump. A pesar de eso, Biden nunca lo supo cacarear. La gran pregunta es si Trump resolverá esos desafíos internos que son los que más pueden afectar la posición global, del país que está por recibir.
El enorme gasto militar, su “sobre extensión” y los recientes reveses estratégicos
Entre lo que hizo que Trump ganara la elección está la enorme decepción que causó la salida atropellada y confusa de las fuerzas militares de Afganistán ordenada por Biden.
Sin embargo, era necesario que un presidente tuviera el valor para hacer ese retiro. Las guerras prolongadas en Irak y Afganistán, la ocupación rusa en Ucrania, y el ascenso de actores no estatales como ISIS, le han pegado fuerte a los recursos militares de Estados Unidos y lo que es peor, han generado dudas sobre la eficacia de sus intervenciones militares.
Trump, por eso, más que ver hacia afuera como el policía del mundo, está viendo hacia adentro.
El problema es que ni siquiera Trump se atreve a atentar contra el poder de la industria del equipamiento y armamento militar. El gasto del Pentágono sigue siendo el mayor en el presupuesto anual de Estados Unidos; pronto será lo que aquí llaman un trillón de dólares, un millón de millones de dólares.
Entre los mayores retos para Trump estarán los cambios en las prioridades globales
El enfoque en la lucha contra el terrorismo y Oriente Medio ha desviado posiblemente la atención y los recursos de otros desafíos estratégicos, como el ascenso de China y la competencia en tecnologías emergentes.
Si Trump se va a enfocar en usar el poder militar estadounidense para destruir a los carteles mexicanos, usted se tiene que preguntar, ¿qué tan fácil o difícil es una propuesta de ese tamaño? Y, ¿cuánto desgaste representará si se lleva como Trump promete hasta sus últimas consecuencias?
Además, no hay que engañarnos, eso aumentará la polarización política y los desafíos políticos internos.
La gran ventaja de Trump es su liderazgo ideológico
No es ninguna novedad enterarse que en Washington hay una intensa polarización política y que eso ha llevado a la política nacional interna a un estancamiento que obstaculiza la capacidad estadounidense, para abordar los urgentes desafíos nacionales e internacionales, con eficacia. El gran error de Trump es basar su liderazgo aumentando las divisiones sociales
La gente en Estados Unidos tiene un nivel alto de vida comparado con el resto de los países del mundo, pero tiene también un alto nivel de conflictos internos sobre cuestiones como la raza, la inmigración y los valores culturales.
En Estados Unidos la política inculcada por Trump quiere hacer al estado el rector de las decisiones humanas íntimas y familiares. Trump les quito a las mujeres la potestad de decidir sobre sus derechos reproductivos, el tema del aborto tiene en crisis a las mujeres de este país. Esto divide más a Estados Unidos y a su gente. Así es como los países caen en inestabilidad y eventualmente en sociedades débiles.
Estados Unidos, si hubiera tenido una fortaleza histórica hubiera sido su sociedad homogénea. Eso ya se perdió. Antes se decía que su población con inmigrantes del mundo entero al llegar formaba parte de una sopa en la que los ingredientes se mezclaban... hoy, es una ensalada en la que todos los ingredientes mantienen su identidad y eso los hace a todos distintos, y les da sabor individual.
Aunque lo que no hay que olvidar es que los inmigrantes en Estados Unidos tienden a integrarse, con el paso de las generaciones, más que con los años. Trump sigue sin entender que esa integración no es solo entre los estadounidenses de raza blanca, sino entre todos, blancos, negros, cafés, amarillos...azules. Si no lo aprende en esta presidencia, la sociedad estadounidense a la que él quiere ver homogénea otra vez, terminará más dividida con él.
No se vaya usted con la idea de que Estados Unidos está debilitado.
El gran error de Trump es basar su liderazgo aumentando las divisiones sociales
La gente en Estados Unidos tiene un nivel alto de vida comparado con el resto de los países del mundo, pero tiene también un alto nivel de conflictos internos sobre cuestiones como la raza, la inmigración y los valores culturales.
En Estados Unidos la política inculcada por Trump quiere hacer al estado el rector de las decisiones humanas íntimas y familiares. Trump les quito a las mujeres la potestad de decidir sobre sus derechos reproductivos, el tema del aborto tiene en crisis a las mujeres de este país.
Esto divide más a Estados Unidos y a su gente. Así es como los países caen en inestabilidad y eventualmente en sociedades débiles.
Estados Unidos, si había tenido una fortaleza histórica había sido su sociedad homogénea. Eso ya se perdió. Antes se decía que su población con inmigrantes del mundo entero al llegar formaba parte de una sopa en la que los ingredientes se mezclaban... hoy, es una ensalada en la que todos los ingredientes mantienen su identidad y eso los hace a todos distintos, y les da sabor individual.
Aunque lo que no hay que olvidar es que los inmigrantes en Estados Unidos tienden a integrarse, con el paso de las generaciones, más que con los años. Trump sigue sin entender que esa integración no es solo entre los estadounidenses de raza blanca, sino entre todos, blancos, negros, cafés, amarillos...azules. Si no lo aprende en esta presidencia, la sociedad estadounidense a la que él quiere ver homogénea otra vez, terminará más dividida con él.
No se vaya usted con la idea de que Estados Unidos está debilitado
Estados Unidos es aún el líder mundial en tecnología. Es la mayor potencia en inteligencia artificial.
Sus gigantes tecnológicos, instituciones de investigación y grupo de talentos le otorgan una ventaja significativa en el desarrollo y la implementación de tecnologías de I.A-- “Inteligencia Artificial” en varios sectores, desde la defensa hasta la atención médica. Este liderazgo tiene importantes implicaciones para el crecimiento económico, la seguridad nacional y la influencia global.
Aun así hoy, la mayor preocupación es cómo Trump usará el poder militar estadounidense, que hoy es inigualable por su alcance global y su superioridad tecnológica, mayor que ningún otro país, China incluida.
México y Trump
¿Cuántos países darían el brazo derecho por ser los vecinos de Estados Unidos?
Por eso, Trump necesita entender que la alianza con México es natural y que el “poder blando” de la influencia cultural estadounidense, que incluye la música, las películas y las marcas populares, tiene un alcance y un atractivo enorme e histórico en México. Trump sabe que eso culturalmente nos acerca, como no acercaría a México ni con China ni con Rusia ni con la India.
Hay mucho que se me quedó, pero, por ahora estos son, en resumen, los retos del país que Donald Trump tendrá que enfrentar.