Cada diciembre, la fe de millones de peregrinos hacia la Virgen de Guadalupe transforma por completo la economía en México.

Detrás de cada visita a la Basílica de Guadalupe, existe una cadena de trabajo que comienza meses antes y que sostiene a comerciantes, artesanos, vendedores ambulantes, creadores digitales y familias enteras.

La fe mueve montañas y la economía mexicana

La economía mexicana se mueve cuando millones de personas se arrodillan frente a la Virgen de Guadalupe cada vela y cada promesa cumplida, encienden el sustento de muchas familias que pocos ven.

Detrás de la fe, hay todo un movimiento que une a millones de personas, desde el comercio ambulante hasta las redes sociales para realizar oraciones, comunidades que encuentran sustento en la devoción.

“Cuando son peregrinaciones de algunos otros estados, inclusive son más grandes, entonces es cuando la venta aumenta muchísimo más”, dijo Uriel, vendedor.

Miles de familias en México dependen directamente de la fe, desde los talleres que elaboran imágenes religiosas hasta los puestos de comida que alimentan a los devotos.

Todos forman parte de una cadena de trabajo que empieza mucho antes de cada temporada alta: los comerciantes se preparan con más de ocho meses de anticipación para tener todo listo para la venta.

“Yo tengo la impresión de que sigue siendo una actividad en la que casi la mitad del beneficio económico se reparte entre la economía formal y los oferentes de productos y servicios de la economía informal”, dijo Pedro Tello Villagrán, asesor empresarial, analista en temas económicos.

Una economía que sostiene comunidades enteras, la espiritualidad funciona también como un motor económico, capaz de mover millones de pesos cada año en México y América Latina.

La derrama económica que deja la celebración de la Virgen de Guadalupe

En 2024 se calculó que cada peregrino gastaba alrededor de 1,500 pesos durante su visita; sin embargo, para este año la cifra prácticamente se duplica, e incluso puede triplicarse, pues se estima que invertirán entre 3 mil y 4 mil pesos, dependiendo del estado de origen.

“La fe sigue, pues muy vigente en la gente, este, los fines de semana, se podría decir que es cuando, pues hay más movimiento de venta”, mencionó Uriel, vendedor.

La devoción también se moderniza, hoy existen las redes sociales donde se hacen transmisiones en vivo, y las personas pueden dar donativos a los creadores de ese contenido.

De acuerdo con la CONACO , para este año se calcula una derrama económica de más de 1,724 millones de pesos, un crecimiento de 5.9% frente a lo registrado en 2024.

Una cifra que confirma que la celebración no solo mueve la fe, también mueve la economía, cada uno de los 12 millones de peregrinos que se esperan en la ciudad de México, necesitan transporte y alimento.

Lugares como San Juan de los Lagos o el Tepeyac reciben millones de visitantes cada año, la fe no solo sostiene el espíritu, también sostiene familias, negocios y sueños, en cada acto de devoción hay una red económica invisible, donde la esperanza se convierte, literalmente, en sustento.