Desde el Despacho Oval, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una nueva medida comercial que podría redefinir la cadena global de suministros tecnológicos: un arancel del 100% a los circuitos integrados de computadora y componentes asociados, comúnmente conocidos como chips o semiconductores.

“Impondremos un arancel de aproximadamente el 100% a los chips y semiconductores”, declaró Trump durante una reunión con el director general de Apple, Tim Cook. “Pero si estás fabricando en Estados Unidos, no hay cargo”.

Este nuevo arancel tiene como objetivo presionar a las empresas tecnológicas para que relocalicen sus operaciones de manufactura dentro del territorio estadounidense, en línea con las políticas económicas del segundo mandato de Trump, centradas en la autosuficiencia industrial.

Impacto de los aranceles de Trump a los chips y semiconductores

La imposición de este arancel a los circuitos de computadora tendría consecuencias directas en los precios de una amplia gama de productos: desde teléfonos inteligentes y laptops, hasta automóviles, electrodomésticos y equipos médicos.

En consecuencia, el costo de los bienes esenciales de la era digital podría incrementarse de forma significativa, ya que los semiconductores son un componente esencial para casi toda tecnología moderna.

¿Cómo afectará este nuevo arancel a México?

En medio de este contexto, México, por primera vez en más de una década, los equipos de cómputo han superado a los automóviles como el principal producto de exportación hacia Estados Unidos.

Según datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos, en los primeros cinco meses de 2025 las exportaciones mexicanas de computadoras se duplicaron respecto al mismo periodo de 2024. En contraste, el sector automotor se mantuvo estable, con un crecimiento modesto del 8% desde 2017.

El auge tecnológico mexicano está acompañado de una fuerte inversión extranjera directa (IED). Durante 2024, el país recibió 1,831 millones de dólares específicamente para la manufactura de computadoras, consolidando su posición como el segundo proveedor de equipos de cómputo a Estados Unidos, solo superado por China.

Baja California concentra el 22% de esta IED, seguida por la Ciudad de México con el 18%, marcando un cambio estructural en el desarrollo económico nacional.