La administración federal ha decidido dar continuidad a la ejecución del Tren Maya , obra que diversos sectores califican como una iniciativa fallida, mediante la implementación de nuevas medidas administrativas de carácter territorial. A través de una disposición oficial, se ha determinado la toma de posesión de una superficie que supera los 44 mil metros cuadrados de suelo, los cuales pasarán a manos del Estado con el fin específico de permitir el desarrollo de múltiples etapas de este sistema de transporte.

El gobierno federal avanza con el Tren Maya, tomando posesión de terrenos clave para su construcción

Este movimiento patrimonial tiene como objetivo central el avance de las fases denominadas como tramos uno, tres, cinco, seis y siete de la ruta ferroviaria. La ocupación de estos terrenos constituye un paso determinante en la logística de construcción que el gobierno busca consolidar en la región peninsular y las entidades colindantes. La resolución que formaliza esta transición de propiedad privada o social a dominio público ha quedado asentada mediante su inserción en el Diario Oficial de la Federación, garantizando así el marco legal bajo el cual operará la adquisición de dicha superficie.

La extensión geográfica que será objeto de este proceso se distribuye a lo largo de diversos puntos estratégicos en cuatro entidades federativas. En el estado de Chiapas, el municipio de Palenque figura como una de las demarcaciones donde la superficie será integrada al proyecto ferroviario. Por otro lado, en el territorio de Campeche, las acciones de expropiación se concentran en las zonas que corresponden a los ayuntamientos de Candelaria y Calakmul, puntos clave para la conectividad de los tramos mencionados.

Se expropian más de 44 mil metros cuadrados para asegurar infraestructura del proyecto

La expansión del proyecto también impacta de manera significativa al estado de Yucatán, donde se han seleccionado predios ubicados en las jurisdicciones de Mérida e Izamal. Estas localidades representan nudos logísticos fundamentales para la trayectoria programada de las vías. Finalmente, la mayor presencia de estas medidas se observa en el estado de Quintana Roo, entidad donde la federación tomará control de tierras situadas en las regiones de Solidaridad, Othón P. Blanco y Bacalar.

La suma total del área afectada refleja la magnitud de las necesidades de infraestructura para una obra que sigue su curso a pesar de los cuestionamientos externos. La publicación en el órgano de difusión oficial del gobierno establece las bases para que los más de cuarenta y cuatro mil metros cuadrados sean destinados exclusivamente a las labores de edificación y operación de la red de transporte en las zonas antes citadas. Con esta determinación, el gobierno federal reafirma su intención de concluir los tramos que componen el trazado del Tren Maya, asegurando el espacio físico requerido para la instalación de las vías y las estaciones proyectadas en el sureste del país.