Cambio drástico en Tijuana: Menos migrantes y nuevas esperanzas entre la adversidad

Tijuana, una vez refugio temporal para miles de migrantes, enfrenta una drástica transformación. La llegada del nuevo gobierno de EU ha reducido la afluencia.

Por: Carolina Rocha

Lo que alguna vez fue un punto de ebullición para miles de migrantes con la esperanza de cruzar a Estados Unidos, Tijuana ha experimentado un cambio drástico, convirtiéndose en el destino final para muchos que han visto sus aspiraciones desvanecerse.

Tijuana se transforma en refugio final para migrantes desalentados por las políticas estadounidenses

Contrario a las expectativas de una oleada masiva de migrantes con la llegada de la administración Trump, el fenómeno observado ha sido el opuesto: un descenso significativo en la afluencia de personas. Un avión, de los dos que operaron ayer, deportó a más de 538 individuos, ejemplificando la nueva realidad.

Migrantes abandonan el sueño americano

Hace apenas un año, albergues como el gestionado por Chema recibían un promedio de entre 180 y 200 migrantes; hoy, la cifra ronda los 55, y la tendencia es a la baja debido a las políticas del nuevo gobierno estadounidense. Las calles cercanas a la frontera, que hace meses bullían con la presencia de migrantes esperando citas con CBP One o buscando refugio, ahora se encuentran en silencio, un contraste palpable con el bullicio anterior.

Las cifras de migrantes en albergues caen drásticamente debido a cambios en la administración Trump

Pocos son los que persisten en su travesía hacia el sueño americano. Algunos se han detenido en Tijuana, buscando la oportunidad de estabilizarse en México. Un joven originario de San Martín Texmelucan, Puebla, aguarda su credencial de elector para poder emplearse, habiendo huido de la delincuencia y la falta de oportunidades en su lugar de origen.

Puebla, para él, no ofrecía lo que la región fronteriza sí promete. Habita en una pequeña casa de campaña, con la dificultad de obtener un trabajo fijo que le permita costear una vivienda en esta ciudad.

Familias migrantes sonríen tras reencontrarse

La esperanza es el motor de quienes han decidido asentarse en Tijuana. Margelis, quien lleva un año en México, comparte su experiencia de cómo la llegada de Trump al poder coincidió con el día de su cita para cruzar, lo que representó un golpe devastador. A pesar de todo, la resiliencia es una constante.

Tijuana se convierte en destino final para muchos, desvaneciendo el sueño americano

Historias como la de una mujer que salió de su país en mayo del año pasado con una cita de CBP One ya aprobada para enero, revelan la cruda realidad de quienes quedan varados. Su caso, aunque no se detalla su nacionalidad, es un testimonio de la situación de cubanos, venezolanos y nicaragüenses.

Atrapada en México, lejos de la posibilidad de ingresar a Estados Unidos, pero también lejos de la opresión de una dictadura de la que no puede regresar. Menciona que ella sería considerada una “terrorista” en su tierra natal por negarse a participar en actos violentos y de despojo. La disyuntiva de hacer daño a otros o proteger a su propia familia la llevó a huir dos días después de esta confrontación. Su ingreso a México fue la parte más difícil de su odisea.

Para ella y muchos otros, la vida en el exilio se reduce a la supervivencia diaria. “Tengo vida, que es lo más importante”, expresa, mientras sus hijos permanecen en su país de origen. Regresar significaría enfrentarse a cuarenta días de tortura y seis años de prisión bajo cargos de terrorismo. Estos relatos son el eco de caminos interminables y la cruda verdad de una realidad que no ofrece soluciones sencillas.

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