Una crecida repentina del río Ruidoso provocó inundaciones graves en varias zonas de Nuevo México, provocando que varias casas fueran arrastradas, rescates de emergencia en curso y la declaratoria oficial de estado de emergencia en el condado de Lincoln. Autoridades buscan a un padre y dos niños.

El fenómeno ocurrió este martes, cuando el río Ruidoso, un cauce de unos 48 kilómetros de longitud, se desbordó tras un incremento súbito de su caudal. Por ello, autoridades locales informaron que el nivel del agua se elevó más de 15 pies en apenas una hora, superando ampliamente los promedios históricos registrados en la región.

Varias casas quedaron destruidas y persiste la alerta en Nuevo México

Según informes preliminares del Servicio Meteorológico Nacional (NWS), las intensas precipitaciones en la sierra de Sacramento generaron condiciones para el desbordamiento, que afectó principalmente áreas cercanas al pueblo de Ruidoso, ubicado a unos 240 kilómetros al sureste de Albuquerque.

El agua arrasó con infraestructuras residenciales, dejando casas completamente destruidas, caminos intransitables y daños severos en el sistema eléctrico y de comunicaciones. Brigadas de emergencia y equipos de rescate han evacuado a decenas de personas de sus hogares.

Nuevo México bajo vigilancia ante posibles nuevos desbordamientos

Mientras tanto, en Nuevo México, el Servicio Meteorológico Nacional mantiene activa una alerta de inundación para el sureste del estado. Se espera que las inundaciones continúen en el estado.

Las autoridades locales han pedido a la población mantenerse informada a través de fuentes oficiales, evitar cruzar cauces activos y obedecer las órdenes de evacuación donde sean emitidas.

Aumenta el número de muertos y desaparecidos en Texas tras inundaciones

En medio de esta emergencia en Nuevo México, la tragedia por las inundaciones en Texas continúa agravándose. El gobernador del estado confirmó este martes que más de 160 personas siguen desaparecidas, luego de que las fuertes lluvias durante el fin de semana del 4 de julio provocaran la muerte de al menos 104 personas.

Las autoridades texanas aún trabajan en la localización de los desaparecidos, y advierten que la cifra de víctimas podría aumentar en las próximas horas. La región sigue bajo vigilancia meteorológica debido a las posibles tormentas eléctricas y nuevas lluvias pronosticadas.