La propuesta de una reforma electoral promovida por el gobierno de Morena ha generado alertas entre los legisladores de oposición, quienes señalan que podría poner en riesgo la democracia en México.

Según el coordinador de los senadores del PRI, Manuel Añorve, esta iniciativa representa un “traje a la medida de la 4T” que busca eliminar la pluralidad política al terminar con la oposición real.

Hasta ahora, las reformas electorales han surgido principalmente desde la oposición y no desde el partido en el poder, lo que para los críticos es un signo claro del peligro que implicaría dejar la normativa en manos de Morena y su mayoría legislativa.

¿Cuáles son los riesgos de la reforma electoral?

Pablo Vázquez, diputado de Movimiento Ciudadano, califica como “sin sentido” que esta reforma sea impulsada desde el Ejecutivo, especialmente con una tendencia centralista y hegemónica en el gobierno actual.

La preocupación principal es que se podría concentrar más poder el partido dominante, y así reducir los contrapesos políticos.

Además, senadores como Ricardo Anaya, coordinador del PAN, señalan que el objetivo real detrás de la reforma no son los debates sobre plurinominales, sino el control absoluto del Instituto Nacional Electoral (INE).

Recordaron que el oficialismo ya ha tomado control de órganos fundamentales como el Poder Judicial, por lo que el siguiente paso sería dominar la institución encargada de garantizar la imparcialidad electoral.

Comisión para la reforma electoral: ¿todos son de Morena?

El gobierno ya estableció una comisión encargada de diseñar esta reforma electoral. Sin embargo, la controversia crece porque está integrada por siete personas estrechamente vinculadas a Morena.

Dentro de esta comisión se pueden escuchar nombres como Arturo Zaldívar, Ernestina Godoy, Rosa Icela Rodríguez, lo que aumenta el escepticismo de la oposición sobre la transparencia.

Alejandro Moreno, senador del PRI, denuncia que los supuestos foros de discusión anunciados desde la presidencia son solo una simulación, recordando episodios anteriores como la reforma a la ley de telecomunicaciones, conocida como Ley Censura, que también fue impulsada sin un verdadero diálogo.