En Inglaterra, la historia de la Iglesia Anglicana ha dado un cambio histórico: Sarah Mullally será nombrada como la primera Arzobispa de Canterbury, el más alto cargo espiritual dentro de la Iglesia de Inglaterra, marcando un hecho sin precedentes en una institución con prácticamente cinco siglos de tradición masculina.

El anuncio, que fue confirmado por el Palacio de Lambeth, fue celebrado ampliamente tanto por líderes religiosos como por sectores progresistas dentro y fuera del Reino Unido. Mullally, de 62 años, asumirá el cargo tras la jubilación del actual arzobispo Justin Welby, quien la describió como “una mujer de profunda fe, compasión y liderazgo”.

¿Quién es Sarah Mullally?

Antes de ingresar al ministerio, Sarah Mullally trabajó como enfermera y hasta fue jefa de enfermería del Servicio Nacional de Salud (NHS), lo que la convierte en una figura con una combinación poco común de experiencia social, espiritual, además de administrativa.

Esta mujer fue ordenada sacerdotisa en 2001 y se convirtió en obispa en el 2015, desempeñándose como Obispa de Londres, el tercer cargo más importante de la jerarquía anglicana.

Cabe decir que su trayectoria se caracteriza por un liderazgo inclusivo, además de un enfoque pragmático, con especial atención a temas de igualdad, justicia social, además del apoyo a comunidades vulnerables.

¿Por qué es histórico el nombramiento de Sarah Mullally?

El cargo de Arzobispo de Canterbury fue establecido en el siglo VI y nunca había sido ocupado por una mujer. La decisión llega después de años de debate interno acerca del papel de las mujeres en la jerarquía eclesiástica, además de que representa un enorme avance en la modernización de la Iglesia Anglicana.

Aunque grupos conservadores han mostrado sus reservas, una mayoría de los líderes eclesiásticos coinciden en que el nombramiento de Mullally refleja la diversidad, además de los valores contemporáneos de una Iglesia que busca reconectarse con las nuevas generaciones.

Mujeres en la Iglesia: un cambio con impacto global

Cabe señalar que el Arzobispo o Arzobispa de Canterbury no solamente lidera la Iglesia de Inglaterra, sino que es la figura espiritual de la Comunión Anglicana mundial, que agrupa a más de 85 millones de fieles en 165 países.

El liderazgo de Sarah Mullally podría marcar el inicio de una nueva era de apertura, diálogo y equidad dentro de una de las instituciones religiosas más influyentes del mundo; ¿será este el comienzo de una nueva etapa para la fe anglicana en el siglo XXI?