La capital británica vivió este sábado una protesta masiva, de las más grandes de los últimos años, en torno al debate migratorio. Entre banderas de Inglaterra y Reino Unido, pancartas con lemas antimigrantes y gritos contra el primer ministro Keir Starmer, unas 110.000 personas se concentraron en Londres convocadas por el activista de ultraderecha Tommy Robinson.

¿Una marcha por la libertad de expresión?

Robinson, cuyo verdadero nombre es Stephen Yaxley-Lennon y fundador del extinto grupo English Defence League, presentó la movilización como un acto en defensa de la libertad de expresión. Desde la red social X afirmó que “la revolución cultural comenzó” y calificó la protesta como “la mayor en la historia británica”.

La manifestación se enmarca en un verano tenso, marcado por protestas antimigrantes frente a hoteles donde el gobierno británico aloja a solicitantes de asilo mientras se procesan sus casos. Estas expresiones han encendido un debate nacional sobre las políticas migratorias en Reino Unido en 2025 y la capacidad del sistema de acogida.

Contra-protesta en apoyo a migrantes en Reino Unido

Mientras miles marchaban contra la inmigración, otra concentración reunió a unas 5.000 personas en defensa de los refugiados y contra el racismo. Este grupo denunció que los discursos de odio se han intensificado y exigió mayor respeto a los derechos humanos de los solicitantes de asilo.

La Policía Metropolitana de Londres desplegó un fuerte dispositivo de seguridad para evitar enfrentamientos entre ambos grupos. De acuerdo con el comunicado oficial, varios agentes resultaron agredidos y fue necesario el uso de refuerzos, incluido personal con equipo de protección y unidades de policía montada.

Origen de la tensión migratoria en Reino Unido

El Reino Unido atraviesa un momento de polarización social. Por un lado, los sectores más duros critican la gestión de Starmer y exigen un bloqueo más estricto en la entrada de migrantes. Por otro lado, organizaciones civiles recuerdan que el país tiene compromisos internacionales en materia de asilo y refugio, además de una larga tradición de acogida.

Las imágenes de este 13 de septiembre, con más de cien mil personas marchando en el corazón de Londres, evidencian que la crisis migratoria en el Reino Unido es también una batalla política y cultural que seguirá marcando la agenda del gobierno.