Prometían todo y los dejaron sin nada; los abusos en el Programa “Sembrando Fraude”
Una familia se siente abandonada y engañada por un programa que prometía ayudarles a mejorar su situación económica... ¿Sembrando Vida o Fraude?
En el municipio de Cárdenas, Tabasco, una familia ha sido víctima de un escandaloso caso de fraude y abuso dentro del programa federal “Sembrando Vida” .
Benjamín y su madre fueron beneficiarios de este programa que prometía apoyo económico y técnico para el cultivo de sus tierras, pero lo que recibieron fue una serie de decepciones y abusos que han dejado a la familia en una situación precaria.
El Programa “Sembrando Vida” y su objetivo en “la teoría”
“Sembrando Vida” es un programa federal diseñado para apoyar a los productores rurales con un apoyo económico mensual de $5,000 pesos. De esta cantidad, 4 mil 500 eran depositados directamente a los beneficiarios, mientras que los 500 pesos restantes eran retenidos para formar una caja de ahorro. La promesa era que, después de tres años, los beneficiarios podrían hacer uso de este fondo o que la familia lo recibiera en caso de fallecimiento de uno de los beneficiarios.
Fraude y Retención de Fondos: la realidad del programa “Sembrando Vida”
La realidad para Benjamin y su madre fue muy diferente. El esposo, quien era co-beneficiario, falleció, y cuando la familia solicitó el ahorro acumulado, se les negó.
“El ahorro que él tenía no fue entregado nunca, se hizo la solicitud a los encargados de Sembrando Vida en Cárdenas, y se le manifestó a la técnica encargada del vivero, pero no hicieron nada, no lo dieron…", externó Benjamín, situación que claramente es un acto de corrupción, ya que el dinero no se entregó y no hay claridad sobre dónde quedó.
La situación empeoró cuando la familia reclamó su dinero. Selsa narró cómo fueron expulsados del programa y es que esta expulsión no solo les quitó el apoyo económico, sino que también les dejó sin la posibilidad de reclamar sus derechos.
Abusos y Deforestación
El abuso no se limitó a la retención de fondos. La familia tuvo que deforestar sus terrenos para entrar al programa, y las plantas que recibieron para iniciar su cosecha no eran adecuadas y nunca crecieron.
Hoy, Selsa y su hijo tienen más de 5 hectáreas sin producción, lo que ha afectado significativamente su economía y su forma de vida.