Bajo el argumento de proteger la salud de las y los mexicanos, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados celebraron la decisión de prohibir los vapeadores. Por su parte, la oposición señaló que no se debería restringir su uso, sino regularlo.
Hoy en día es bastante común ver vapeadores en todos lados —sobre todo en los jóvenes— y más allá del argumento de que cada quien decide lo que hace con su cuerpo , está comprobado que prohibir algo no necesariamente lo detiene e incluso, aumenta su demanda.
Esto se puede observar en diversos aspectos, como la migración ; pues si hubiera paso libre de personas, no habría un mercado para los tratantes y los peligros que conllevan.
¿Qué nos dice la historia sobre la prohibición y su aumento en la demanda?
Tomemos de lección a uno de los capos más famosos del mundo con una de las prohibiciones más relevantes: Al Capone y el alcohol.
En 1920 se implementó la Ley Volstead, la cual prohibía el consumo de alcohol en todo Estados Unidos, pero esto favoreció el tráfico ilegal de licores, negocio millonario del crimen organizado y, además, no logró gran reducción en el consumo, pues incluso provocó casos de intoxicación letal. Finalmente, la ley se levantó en 1933 y me gustaría resumir esta parte con una frase de Al Capone: “Todo lo que hice fue satisfacer una demanda que era bastante popular”.
La prohibición ha demostrado ser un factor que, paradójicamente, puede aumentar la demanda. Su ilegalidad fomenta el fortalecimiento de los mercados negros donde los precios son más altos debido al costo de la producción y distribución. Además de que aumenta la corrupción (como si eso no existiera en México, ¿o sí?)
Asimismo, se ha estudiado el aumento del deseo para los consumidores, al ser prohibido, puede tornarse más llamativo, especialmente para los jóvenes. Según la Cofepris, hay alrededor de un millón de personas que consumen vapean de manera constante; sin embargo, otros estudios señalan que este sector es mucho más grande.
Morena debió tomar el problema de los vapeadores como uno de salud pública y no como uno penal. Pues ahora perdió la oportunidad de tomar el control para regular los dispositivos y las sustancias que contienen, reducir el consumo y así, proteger a los ciudadanos.
