Las reacciones tras el golpe militar en Myanmar (Birmania) no se han hecho esperar. Japón fue uno de los primeros países en condenar la detención de la líder del país, Aung San Suu Kyi, arrestada por el ejército durante las primeras horas de este lunes junto con otros líderes políticos.
Autoridades japonesas pidieron que se respete el derecho a la democracia de los habitantes, pues recientemente el partido de Suu Kyi, Liga Nacional para la Democracia, había resultado ganador en las urnas.
Japón y Myanmar mantienen relaciones comerciales estrechas, pues el país del sol naciente es el principal socio comercial del país conflictuado.
Durante las primeras horas de este lunes, el ejército birmano declaró estado de emergencia en el país y detuvo a otros líderes políticos, además de Suu Kyi.
“Estamos consternados por el golpe militar en Myanmar y el estado de emergencia instituido por el ejército, lo que causa daños a la democracia, por lo que pedimos la liberación inmediata de Aung San Suu Kyi y las otras personas que fueron detenidas”, declaró el jefe del gabinete japonés, Katsunobu Kato.
“El gobierno japonés ha sido respaldado continuamente del proceso democrático en Myanmar, por lo que se opone a esto y exige que la situación se revierta”, añadió.
OTRAS REACCIONES
Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, fue otro de los líderes mundiales que manifestaron su preocupación en los hechos que ocurrieron recientemente en el sureste asiático.
“Condeno y rechazo los procedimientos en contra de líderes civiles, incluyendo Aung San Suu Kyi, en Myanmar. El voto del pueblo debe ser respetado y los líderes civiles deben ser liberados”, fue el mensaje del mandatario británico en Twitter.
¿QUÉ PASA EN MYANMAR?
Aung San Suu Kyi fue detenida este lunes por el ejército, acusada de fraude en las elecciones del pasado 8 de noviembre, en donde su partido, Liga Nacional para la Democracia, obtuvo la victoria.
Suu Kyi fue elegida como la primera líder elegida democráticamente en las elecciones de 2015, tras años de gobiernos militares en el país. Por su lucha pacífica hacia la democracia, Suu Kyi recibió el Premio Nobel de la Paz en 1991.