México, 11 de noviembre.- Hacer ejercicio antes de desayunar podría aumentar los beneficios para la salud de las personas y contribuir de manera significativa a quemar la grasa del cuerpo, lo que persiste incluso cuando las personas se ponen en forma, según un estudio realizado por investigadores de las universidades británicas de Bath y Birmingham.
La investigación realizada a docenas de hombres con sobrepeso u obesidad de la región de Bath, Inglaterra, demostró que después de seis semanas de entrenamiento en ayuno, los pacientes quemaron el doble de grasa en comparación con quienes se ejercitaban después de probar alimentos por la mañana.
Además de la quema de grasa, el ejercicio antes del desayuno puede coadyuvar a tener un mejor control del azúcar en la sangre, destacó el estudio publicado en el sitio The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.
Las investigaciones, centradas en cómo el ejercicio y el ayuno pueden ayudar a mantener una vida saludable, revelaron que con la actividad física antes de desayunar los niveles de insulina están más bajos, lo que ayuda a disminuir la probabilidad de desarrollar diabetes.
Lo mitad de los participantes en el estudio ingirieron alimentos a las 20:00 horas del día anterior al que fueron sometidos a un entrenamiento de ciclismo de intensidad moderada; el resto desayunó antes del ejercicio, sin hacer cambios en su estilo de vida.
Los investigadores determinaron que el horario de las comidas puede tener un impacto en la efectividad del ejercicio, y aunque hacerlo antes del desayuno durante seis semanas no condujo a ninguna diferencia de pérdida de peso, se descubrió que sí hubo un impacto positivo en la quema de grasa y en la respuesta a la insulina.
“Este efecto tiene ramificaciones significativas a largo plazo: mantuvo sus niveles de azúcar en la sangre bajo control y tiene el potencial de reducir el riesgo de afecciones como enfermedades cardíacas y diabetes”, subrayaron los investigadores.
De acuerdo con los expertos, el aumento en la quema de grasas se debe en gran medida a los niveles más bajos de insulina durante el ejercicio, lo que significa que los que hacen ejercicio antes del desayuno terminan usando como combustible más grasa de su tejido graso y de los músculos.
“Lo más importante de este estudio es que el horario de las comidas en relación con el ejercicio puede tener un profundo impacto en las respuestas al ejercicio”, precisó Javier González, profesor de fisiología humana en la Universidad de Bath y uno de los coautores del estudio.
Para las personas que buscan maximizar los beneficios del ejercicio, es probable que realizar algunas sesiones en ayunas durante la noche proporcione mayores beneficios que realizar todas las sesiones después del desayuno, indicó.
González refirió que investigaciones anteriores han sugerido que una sola sesión de ejercicio realizada antes del desayuno aumenta el consumo de las grasas en el cuerpo y que antes de este estudio nadie sabía con certeza si este aumento en el uso de grasas persistía durante un programa de entrenamiento o un periodo prolongado de tiempo.
“Aquí demostramos que el aumento en el uso de grasas con el ejercicio antes del desayuno persiste durante seis semanas de entrenamiento, incluso cuando las personas se ponen en forma. Además, esto se traduce en mejoras en la sensibilidad a la insulina y adaptaciones en los músculos asociados con el control de la glucosa”, destacó.