Un tribunal de París dio libertad anticipada al expresidente de Francia, Nicolas Sarkozy, sobre quien pesa una pena de cinco años de cárcel por recibir fondos para su campaña presidencial procedentes de Libia.

Cabe recordar que hace menos de tres semanas, el 21 de octubre de 2025, el exmandatario de 70 años, entró a una prisión después de ser encontrado culpable de conspiración criminal por el trabajo de sus colaboradores para obtener fondos a usar en su candidatura presidencial de 2007, procedentes del líder libio Muamar Gadafi.

Gravedad extraordinaria: La condena de cinco años de cárcel por fondos ilegales de Muamar Gadafi

La jueza Nathalie Gavarino declaró ante el tribunal que la condena de Sarkozy, presidente de Francia de 2007 a 2012, se había ejecutado con celeridad debido a la “extraordinaria gravedad" del delito. Fue encarcelado en la prisión de La Santé, en París.

Este lunes 10 de noviembre de 2025, recomendó la libertad de Sarkozy en espera de su apelación y bajo estricta vigilancia judicial, con prohibición de contacto con otros acusados y testigos del proceso. El fiscal argumentó que Sarkozy no representaba un riesgo de fuga.

Sarkozy ha negado sistemáticamente haber cometido delito alguno y ha apelado, declarándose víctima de venganza y odio. No asistió a la audiencia en persona, sino que participó por videoconferencia desde prisión.

20 días “muy duros": La pesadilla en La Santé y el temor de Sarkozy a que otros escupan en su comida

En su intervención ante el tribunal por videoconferencia, Nicolas Sarkozy aseguró que sus 20 días en prisión han sido “muy duros” y agradeció al personal penitenciario que lo ha atendido, ya que ellos poseen “una humanidad excepcional que hizo soportable esta pesadilla”.

La revista francesa Le Point asegura que el expresidente francés se niega a comer otra cosa que no sea yogur, aparentemente, por miedo a que otros presos escupan en su comida.

Entre las restricciones que enfrentará Sarkozy a su libertad anticipada, están que no puede salir de Francia y tampoco podrá establecer contacto a las personas relacionadas en su caso, como Gérald Darmanin, actual ministro de Justicia francés, quien lo visitó en prisión el mes pasado.