La Navidad en la Ciudad de México amaneció distinta. Mientras muchos prolongaban el descanso tras la cena, otros optaron por iniciar el 25 de diciembre de manera activa, aprovechando el silencio inusual de la capital. Desde tempranas horas, algunos capitalinos salieron a pasear a sus perros, otros se animaron a correr o caminar por avenidas que normalmente lucen saturadas de tráfico.
“Un poco de descanso y ya hicimos algo de deporte”, comentaban quienes aprovecharon el aire fresco de la mañana. A las ocho en punto, la ciudad parecía suspendida en el tiempo: calles semivacías, semáforos sin prisa y un ambiente que contrastaba con el bullicio habitual.
Avenidas solitarias y mala calidad del aire
Aunque la postal navideña mostraba una capital tranquila, no todo fue positivo. Tras la quema masiva de pirotecnia durante la noche del 24, la Ciudad de México despertó envuelta en una densa nata de humo. Autoridades ambientales reportaron mala calidad del aire en al menos siete alcaldías y dos municipios de la zona conurbada.
La contaminación fue visible desde distintos puntos, recordando que los festejos decembrinos también tienen consecuencias ambientales que persisten durante horas.
Parques llenos y regalos en mano
En contraste, los parques públicos ofrecieron otra cara de la Navidad. Familias completas acudieron con niñas y niños que estrenaban juguetes, bicicletas, pelotas o simplemente disfrutaban de sus regalos más esperados. “Me trajo una pijama, un futbolito”, compartían algunos pequeños; otros presumían un perrito, juegos de tazas o incluso electrodomésticos.
Las áreas verdes se llenaron de risas, juegos y fotografías familiares, convirtiéndose en el punto de reunión para quienes decidieron salir de casa.
Curarse la cruda, tradición capitalina
Después del brindis, la desvelada y la fiesta, llegó el momento de “curarse la cruda”. Desde muy temprano, puestos y fondas ofrecieron pancita, birria, médula, hongos y caldos picosos. “Los crudos siempre piden pancita o caldo tlalpeño”, decían los comensales mientras hacían fila para el desayuno más esperado del día.
Comerciantes y servicios que no descansaronNo todos pudieron quedarse en casa. Comerciantes levantaron cortinas desde temprano, especialmente en zonas turísticas y parques concurridos. Antes de recibir a los visitantes, tocó barrer calles llenas de restos de pirotecnia. “Somos comerciantes y tenemos que mantener limpia nuestra área”, explicaban.
Hospitales y pirotecnia: saldo navideño
La madrugada también fue intensa en hospitales. Uno de ellos, ubicado en la zona del Parque de los Venados, reportó el ingreso de varias personas lesionadas, principalmente por el uso de pirotecnia. De acuerdo con el IMSS, durante estas fechas la atención por quemaduras aumenta hasta en un 25 por ciento.
Con la Navidad superada, la Ciudad de México comienza a prepararse para la siguiente celebración: la despedida del 2025. Entre limpieza, balance y expectativas, la capital se alista para recibir un nuevo año, con la esperanza de festejos más seguros y responsables.