Durante décadas, la minería en México estuvo marcada por la creencia de que la presencia femenina traía mala suerte. Sin embargo, este mito ha sido desmontado por la creciente participación de mujeres en la industria minera, donde han demostrado su talento, disciplina y compromiso.
Ángela Ríos, secretaria sindical en una unidad minera de Caborca, Sonora, señala cómo las mujeres han ganado terreno en diversas áreas:
Antes se decía que si una mujer entraba a la mina, la producción de oro se detenía. Hoy tenemos compañeras en laboratorio, planta, almacén y seguridad. Vamos arrasando y vamos por más.
Desde 2008, la contratación de mujeres en la minería ha aumentado un 116%, reflejando la transformación de una industria que ahora reconoce el valor del talento femenino.
Mineras en México: Testimonios de mujeres que desafían el riesgo
Las mujeres que trabajan en las minas desempeñan funciones de alto impacto, operando maquinaria pesada y asegurando la eficiencia de las operaciones.
Luz, una operadora minera con 40 años de edad, comparte su experiencia manejando una pala mecánica en la extracción de materiales:
Aquí estoy atacando, llenando el bote y descargando la pala. Siempre hay que estar al 100% porque cualquier falla puede ser peligrosa. La seguridad es lo más importante.
Por su parte, Sara Serna, otra minera de Caborca, Sonora, trabaja con un camión de acarreo de 225 toneladas, trasladando mineral dentro del complejo minero. Su labor requiere precisión y una preparación física adecuada:
Soy 100% orgullosa de ser palera y de ser minera. Para mí, decir ‘sí puedo’ es la satisfacción más grande que puede tener una mujer.
Ambas destacan que ser minera es un trabajo desafiante pero gratificante, que les ha permitido proveer a sus familias y alcanzar estabilidad económica.
El impacto del trabajo minero en la vida de las mujeres
Muchas de las mujeres en la minería son madres y jefas de familia, lo que agrega un reto adicional a su jornada laboral. Sara Serna menciona lo difícil que fue dejar a su hijo solo mientras trabajaba, pero resalta que el esfuerzo ha valido la pena.
Las mujeres del norte somos aguerridas, luchonas y entronas. Gracias a este trabajo, muchas madres han logrado darles una mejor vida a sus hijos.
Para muchas de ellas, el trabajo en la minería no solo representa una fuente de ingresos, sino también un motivo de orgullo. Luz, al reflexionar sobre su trayectoria, afirma con determinación:
Soy 100% orgullosa de ser palera y de ser minera. Para mí, decir ‘sí puedo’ es la satisfacción más grande que puede tener una mujer.
El 8M, Día Internacional de la Mujer, es una oportunidad para reconocer el esfuerzo de las mujeres mineras en México, quienes han conquistado un espacio en un sector históricamente masculino. Con un crecimiento del 116% en la contratación femenina, la industria minera demuestra que la inclusión de mujeres no solo es posible, sino que también es beneficiosa y necesaria.