¡Calvario migrante! Venezolanos migrantes revelan sus experiencias en un campamento improvisado de CDMX

Migrantes extranjeros en CDMX: Viven en un campamento improvisado y revelan la necesidad de ayuda humanitaria; ellos solo quieren llegar a Estados Unidos.

Por: Carolina Rocha

En Fuerza Informativa Azteca siempre le hemos reportado el auténtico viacrucis que viven los migrantes extranjeros que por la espera del trámite con Estados Unidos llegan a quedarse meses en campamentos; en esta ocasión, estuvimos con algunos de ellos en las viviendas improvisadas, a manera de un campamento montado a un costado de La Merced y la espera puede ser tan cruel como su travesía por México.

La cruda realidad de los migrantes en CDMX: Testimonios desde campamentos improvisados

Este campamento en La Candelaria de los Patos y cerquitita de La Merced es cada vez más nutrido, y multilingüe; Marjorie, una migrante venezolana, cuenta que hay gente de al menos 11 países. No hay condiciones mínimas; liberaron una travesía llena de peligros, pero su estadía aquí no es menos complicada.

Osmar, otro migrante venezolano, cuenta su experiencia mientras se encuentra en México esperando la cita del CBP ONE : “Yo soy migrante, soy venezolano, estoy esperando mi cita, pero entonces muchas veces la cita se demoran y no sale”.

Marjorie, habla del presidente de Venezuela: “Ahora con este presidente nos está quedando demasiado duro, no quiere salirse el condenado”.

No, no hay agua, no hay techo, no hay dónde asearse; Marjorie habla de las cosas que compran para vivir.; nos enseñó su cocina:”Nosotros lo compramos todo para bañarnos, para hacer del baño, todo se lo pagamos… 1800 me salió la cocina… Poco a poco le vamos poniendo el poquito de cariño, aquí la comida que se va vendiendo, los desayunos, jugos, almuerzos, cenas”.

En medio del campamento hay construcciones, literal, habitaciones, candados; Marjorie nos hace un recorrido por sus cuartos, habla acerca de los hombres que salen a trabajar y traen dinero para vivir y hasta menciona sobre algunos de los abusos que reciben: “Abusan, hay algunos que ni nos pagan”.

Los niños intentan hacer de esto un juego, y de pronto, cruel y doloroso ante nuestros ojos. Este niño venezolano cuenta cuando lo atropellaron: “No, porque yo tuve fractura de tibia, porque un carro me atropelló… solamente me apoyó con el pie, con el yeso”.

Hay comida para los niños, tres días a la semana en la iglesia al costado: “La Iglesia nos da baño, allí nos ven los médicos”, cuenta Marjori sobre los servicios que les ofrecen en la iglesia.

Si no, hay que buscar trabajo, para hacer la vida más llevadera; así justo como lo cuenta Osmar, quien platica a TV Azteca acerca de los trabajos que tienen, él es maestro de obra: “Lo que busque, puede ser un mercado, a un restaurante a donde sea… pagan, pero no pagan lo que deben de pagar”.

De acuerdo a datos de la alcaldía, cerca de 300 migrantes viven en ese campamento. Los vecinos han denunciado su presencia, aun así no podrán ser retirados porque este es el campamento, el único, que cuenta con un amparo para quedarse aquí, llueva, truene o reviente. Y finalmente, Marjori nos platica de los policías que los roban, en vez de ayudar, los maltratan; pide ayuda; quieren llegar a su destino: Estados Unidos.

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