En un México azotado por la violencia, la libertad se ha convertido en un lujo que se pierde al cruzar la puerta de entrada. Los ciudadanos vivimos presos de la inseguridad en nuestros propios hogares, normalizando un paisaje urbano de fortificaciones domésticas: rejas de navaja (concertina), cercas electrificadas, muros cada vez más altos y sistemas de videovigilancia.
Esta "arquitectura del miedo" no es una elección estética, sino una respuesta desesperada de las familias para tratar de evitar ser víctima de la creciente delincuencia, ante la evidente incompetencia de las autoridades.
🔒 En México no vivimos… sobrevivimos y por eso no hay #NadaQueCelebrar
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) December 4, 2025
Entre rejas, cámaras y cercas eléctricas, convertimos nuestras casas en fortalezas… mientras los delincuentes caminan libres por las calles, sin miedo y sin freno.
Lo que antes era excepción, hoy es… pic.twitter.com/mgf7sZGKXW
Mexicanos tienen que fortificar sus casas para sobrevivir
Desde el norte hasta el sur del país, es común ver picos en los portones, vidrios en las bardas o, quienes tienen la posibilidad económica, casetas con guardias privados. René Bolio, de la Comisión Mexicana de Derechos Humanos, explica que este gasto es un síntoma de un Estado fallido en su deber primordial.
“El ciudadano hace lo posible por defender a su familia, su propiedad, a sí mismo, y entonces gasta muchísimo dinero en cuidarse, en temas que no debería gastar”, señaló el experto.
Hay más ciudadanos encarcelados y delincuentes libres
La ironía es cruel: mientras las familias honestas se encierran tras barrotes y alarmas, los delincuentes se pasean libremente por las calles con total impunidad.
Bolio critica duramente el papel del gobierno: “¿Qué hace el Estado con sus ciudadanos? Primero los desarmó, los tiene sin posibilidades de defenderse porque dice 'yo tengo el monopolio de la fuerza, yo te voy a cuidar', y no lo hace… ¿quién sí tiene armas? Probado: la delincuencia”.
Cifras de terror: 33.5 millones de delitos registrados en 2024
La percepción de inseguridad está respaldada por datos escalofriantes. De acuerdo con el INEGI, en 2024 se cometieron 33 millones 500 mil delitos en el país.
- El impacto: La delincuencia tocó a la puerta de 11 millones 400 mil hogares, afectando directamente a 23 millones 100 mil personas.
- La impunidad: Del total de delitos, solo el 0.8% tuvo una resolución favorable en el Ministerio Público.
- Cifra negra: El 93.2% de los ilícitos ni siquiera se denunciaron, en su mayoría porque los ciudadanos lo consideraron una "pérdida de tiempo".
Ante este panorama de indefensión e impunidad casi absoluta, a los mexicanos solo les queda una opción: tratar de protegerse cómo y con lo que puedan, aunque eso signifique vivir en una prisión voluntaria.