Aún no comenzaba la marcha y ya había destrozos. Es la manifestación por el 11 aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa ocurrida el 26 de septiembre de 2014.

Cifras del gobierno de la Ciudad de México (CDMX) señalan que en la movilización que partió hoy del Ángel de la Independencia hacia el Zócalo capitalino, tuvo una afluencia de 4 mil personas.

Metro, Metrobús e inmuebles fueron vandalizados CDMX

Bancos y oficinas fueron los primeros inmuebles vandalizados, al igual que estaciones del Metro de la Ciudad de México. El llamado Bloque Negro fue el protagonista.

Poco sirvió la presencia de decenas de policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), pues los encapuchados destrozaron también estaciones del Metrobús y dañaron todo lo que encontraron a su paso por avenida Paseo de la Reforma y Avenida Juárez, en la zona centro de la capital.

Petardos y bombas molotov sonaron en el Centro Histórico

Ya en el Centro Histórico detonaron varios petardos y bombas molotov. La mayoría de las explosiones se concentraron en uno de los edificios del gobierno capitalino, frente a Palacio Nacional, donde comenzaron a sonar las alarmas.

Algunos negocios se salvaron del vandalismo, pero otros fueron completamente saqueados, como una tienda de conveniencia donde tiraron la cortina.

Tanto encapuchados como otros participantes en la marcha sacaron todo lo que pudieron y dejaron los anaqueles vacíos. El mobiliario urbano de la Ciudad de México tampoco se salvó.

¿Qué exigieron los papás de los 43 normalistas de Ayotzinapa?

En la movilización también participaron los papás de los 43 normalistas. Exigieron la aparición de sus hijos y, entre otras cosas, la entrega de archivos en poder del Ejército Mexicano y la extradición de Tomás Zerón, ex titular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).

La movilización terminó después de las 7 de la noche con un mitin. Pese a lo ocurrido, una vez más no hubo detenidos. Los encapuchados hicieron lo que quisieron, cerraron vialidades y vandalizaron sin que absolutamente nadie se los impidiera.