“Con la mafia veracruzana no se juega... Paguen su cuota o van a terminar como yo”, fueron las últimas palabras de Irma Hernández Cruz Están en video.
Una mujer que encontró en el taxi una forma de sobrevivir, porque la jubilación de maestra de primaria —después de 40 años de trabajo— no le daba para vivir.
El asesinato, homicidio o feminicidio —como quieran llamarle— no ha merecido una sola mención de la presidenta Sheinbaum.
A Irma la mataron el 18 de julio, un viernes. Ya pasaron las mañaneras del lunes 21, martes 22, miércoles 23 y hoy jueves 24. Vamos a darle un promedio de dos horas a cada conferencia: de 7:30 a 9:30 de la mañana. Ocho horas frente a cámaras y micrófonos. 960 minutos. Diez partidos de futbol.
Y la vida de la taxista-maestra jubilada no le ha merecido un solo minuto.
En el cambio de juego, para desviar la atención, ¿qué tal? Hicieron estallar como ejote el tema de Chicharito Hernández.
Sí, mejor tiro libre para desviar la pelota de su cancha. No pudieron encontrar —aquellos que siembran las preguntas en la mañanera, a petición de quien da las respuestas— un pase de gol, digamos...
Pero no. En este caso fue autogol.
Porque la atención hay que ponerla en lo realmente importante.
Y lo realmente importante es devolvernos la seguridad a los mexicanos.
La seguridad de que vamos a regresar a casa después de trabajar de sol a sol.
De que vamos a tener policías limpias de narcopolicías, porque vamos a tener gobiernos limpios de narcopolíticos.