Para quienes aún no definen un itinerario para el próximo periodo vacacional, el estado de Guanajuato se erige como una alternativa de primer nivel. Gracias a una combinación distintiva de tradiciones culinarias y un vasto catálogo de actividades culturales, esta urbe ofrece una experiencia difícil de igualar en otras regiones.

Quienes llegan a este destino suelen buscar una conexión directa con la historia, encontrando en las vitrinas del Museo de las Momias de Guanajuato un punto de encuentro donde el pasado observa al presente bajo una mirada de absoluta curiosidad.

Guanajuato destaca por su Museo de las Momias, una experiencia cultural única desde 1865

El asombro es la reacción predominante entre los asistentes al observar el estado de preservación que mantienen los restos hasta el día de hoy. El impacto visual es profundo; los visitantes describen la experiencia como algo estremecedor al notar detalles específicos, como el desgaste natural de la dermis que parece deshebrarse con el paso de las décadas.

Actualmente, este recinto resguarda un total de ciento diecisiete ejemplares, cuya conservación no fue producto de procesos artificiales, sino de las características geológicas y meteorológicas particulares del Panteón de Santa Paula. Fue durante el siglo diecinueve cuando las autoridades municipales iniciaron las labores de exhumación en dicho camposanto, topándose con el inesperado hallazgo de estos cadáveres íntegros.

Las momias, preservadas de forma natural, asombran a los visitantes con su impactante estado

Los registros históricos de la institución señalan que el primer hallazgo ocurrió en el año de 1865. El protagonista de este descubrimiento fue Remigio Leroy, quien ostenta el título de la momia con mayor antigüedad en la exhibición.

No obstante, la historia de su exposición comenzó mucho antes de la formalización del museo, acumulando más de un siglo y medio frente a la vista del público. En sus inicios, estas exhibiciones carecían de regulaciones, ocurriendo incluso al margen de los lineamientos legales.

Primera exhibición de momias surgió en un contexto sin regulaciones, ahora con protocolos de seguridad

En tiempos previos a la existencia del museo formal, la interacción con los cuerpos era radicalmente distinta y carente de protocolos de seguridad. Los interesados ingresaban a los espacios de resguardo mediante pagos informales para observar e incluso palpar los restos, sin que existiera protección alguna para los ejemplares.

Una vez que el museo abrió sus puertas, la presentación inicial mantenía a las momias de pie y sin cristales de por medio, lo que permitía que el público las tocara sin restricciones. En la actualidad, ese vínculo entre los difuntos y los visitantes se ha transformado en una dinámica basada en el distanciamiento y el cuidado profesional. Esta evolución en el trato garantiza que los turistas disfruten de una vivencia excepcional que solo puede encontrarse en territorio guanajuatense.