Intervenciones militares de Estados Unidos no dejan democracia… pero sí hambre y pobreza
Cuba, Afganistán, Iraq, Vietnam y hasta México han sufrido las intervenciones militares de Estados Unidos en búsqueda de una supuesta democracia.
La lista de naciones en las que Estados Unidos ha metido las uñas es larga, sus intervenciones militares iniciaron prácticamente con su declaración de Independencia y México lo sabe muy bien, ya que a mediados del siglo 19 le arrebataron a nuestro país la mitad de su territorio; estas operaciones solo dejan hambre, muerte y pobreza, y no democracia como dice el “Tío Sam”.
Durante casi 200 años el continente americano se convirtió en el patio de juegos yanqui, pues aquellos que no se sometían a sus reglas sufrían las consecuencias, como muestra están Haití, Nicaragua y Guatemala, países incendiados y saqueados por el vecino del norte.
Estados Unidos también apoyó golpes de Estado y posteriores dictaduras militares contra Juan Domingo Perón, en Argentina, y Salvador Allende en Chile. Además, organizó acciones encubiertas en Cuba , la más conocida fue en la Bahía de Cochinos.
La operación militar estadounidense en Bahía de Cochinos tenía el objetivo de derrocar a Fidel Castro, quien llegó al poder en 1959 tras vencer al gobierno de Fulgencio Batista. Sin embargo, el 19 de abril de 1961 se confirmó el fracaso de los yanquis pues los ataques aéreos se cancelaron a última hora desde la Casa Blanca.
Estados Unidos y sus intervenciones militares del otro lado de América
La historia de invasiones e intervenciones militares también incluyen la Guerra de Corea, la pérdida de millones de soldados en Vietnam, bombardeos en Libia, la Guerra del Golfo y la invasión de Afganistán tras los atentados contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre del 2001.
No podemos olvidar la fallida guerra contra el terrorismo y la búsqueda de armas de destrucción masiva que Estados Unidos inició en Iraq para derrocar a Saddam Hussein.
El entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, justificó la invasión, que no contaba con el aval de la ONU, para liberar al país de un dictador sangriento, por lo que 300 mil soldados entraron en Iraq el 20 de marzo de 2003.
Las operaciones bélicas tardaron poco menos de un mes en sentenciar el destino del régimen iraquí. La ocupación, sin embargo, duró más de ocho años e Iraq no se ha convertido en una democracia estable, en la región se creó el caldo de cultivo para el yihadismo mientras Irán ha extendido su influencia.
Más de medio centenar de intromisiones internacionales directas, por eso si existiera un doctorado en invasiones e intervenciones militares, tendría que impartirlo Estados Unidos.