FOTOS | Alfarero de Metepec, Edomex, crea Árboles de la vida con barro
En 2009 el Gobierno de México registró la marca del "Árbol de la vida”, que ahora solo le pertenece a alfareros de Metepec y Calimaya en el Estado de México.
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Su nombre es Martín Díaz Manjarrez, es artesano-alfarero y creador de “Árboles de la vida” en Metepec, Estado de México, a base de barro, imaginación y sus manos.
En entrevista para Azteca Noticias contó que “está representando un pasaje bíblico, sobre el génesis; ya después se fue desarrollando desde la creación, la presentación del paraíso y la expulsión del paraíso. Está el nacimiento, el arca de Noé”.
Gracias a su talento y habilidad con las manos, Martín transforma lodo o barro en magníficas piezas.
¿Qué significa y cómo se hace el Árbol de la vida en Metepec?
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¿Cuál es el significado del árbol de la vida?
Los árboles de la vida tienen su origen en la evangelización de los pueblos indígenas, de ahí que los primeros fueran imágenes de la Biblia. En la actualidad, la demanda de los clientes y la creatividad de los artesanos los han transformado.
“Cuestiones culturales está lo que son danzas, bailables, máscaras, lo que es miniatura se puede manejar infinidad de temas, el tema que le guste. Hemos hecho árboles personalizados para equipos de fútbol, para empresas”, explica Díaz Manjarrez.
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¿En cuánto tiempo se hacen los árboles de la vida?
El tiempo de elaboración depende de la técnica y el terminado de cada pieza, en algunas utilizan moldes, en otras, cada elemento está hecho totalmente a mano.
“En un día puedo hacer hasta cinco árboles de la vida comerciales, los que son intermedios me tardo alrededor de dos días y, el que tiene trabajo fino lo hago hasta en mes y medio. Cuando son piezas monumentales nos llegamos a tardar hasta 3 meses por el tiempo de secado”, detalla.
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Árboles de la vida, artesanías de generación en generación
El paso del tiempo y la experiencia le han permitido a Díaz Manjarrez mejorar su habilidad con el barro y el pincel, pero también traspasar fronteras y compartir su conocimiento a sus hijos.
“Yo empecé desde niño apoyando a mi papá con piezas de molde y, poco a poco conforme la mano se van acostumbrando al barro se desarrollan personajes, animalitos, flores, hasta lograr piezas más complicadas.
“Antes salíamos a vender a diferentes estados y me llevé mis piezas y afortunadamente se vendieron; ya de ahí me dio gusto y empecé a elaborar más”, recuerda.
En 2009 el Gobierno de México registró la marca del Árbol de la vida que ahora solo le pertenece a alfareros de Metepec y Calimaya en el Estado de México.
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