Las llamas cobraron vida propia, el intenso olor a gasolina impregnaba el aire, mientras decenas de personas caían al suelo, aferrándose a la esperanza de sobrevivir. Aquel 18 de enero de 2019, México fue testigo de uno de los accidentes más devastadores y mortales, derivado de la explosión de una toma clandestina de un ducto de hidrocarburos en Tlahuelilpan, Hidalgo.
Una tragedia que dejó una huella profunda en la comunidad que, frente a una muerte anunciada, vio cómo el fuego alcanzaba a sus seres queridos. A seis años de aquel fatídico día, el dolor de la ausencia sigue vivo, pero ni siquiera ese sufrimiento ha logrado detener el huachicoleo en la región.
Explosión en Tlahuelilpan, Hidalgo: Una tragedia que pudo ser evitada
Desde las primeras horas de ese viernes 18 de enero, en las comunidades cercanas al Ejido San Primitivo , comenzó a correr el rumor de que había gasolina gratis. En un año marcado por el desabasto de combustible, esa “oferta” atrajo a decenas de personas, quienes llegaron al lugar con garrafones en mano.
El accidente, producto de una toma clandestina instalada de forma rudimentaria en un ducto de 14 pulgadas, sumada a la falta de experiencia técnica, provocó que el líquido brotara masivamente y alcanzara varios metros de altura.
A las 18:58 horas, y con decenas de personas reunidas en la fuente de gasolina, la acumulación de hidrocarburo en la superficie provocó una explosión que dejó 69 muertos al instante.
De los 81 hospitalizados con quemaduras graves, 68 fallecieron en los días siguientes. En tanto que los 13 sobrevivientes , hasta el día de hoy siguen padeciendo el dolor de las cicatrices.
Entre ellos está Alan, uno de los pocos que vivió para contar lo ocurrido. “Se acababa de pinchar la llanta del carro, y estábamos talachando en casa cuando llegó un chavo en una camioneta y nos avisó que había gasolina”, recordó.
Aunque el fuerte olor le hizo dudar, decidió ir con su primo. “Íbamos dando la media vuelta porque algunos ya se estaban desmayando, y en ese momento pasó todo”.
Huachicoleo en Hidalgo: Un delito que no se detiene
A pesar del impacto mediático y las promesas de autoridades para combatir el huachicoleo, las cifras actuales muestran que este delito persiste y se ha sofisticado en diferentes entidades.
Durante el primer semestre de 2024, el estado de Hidalgo lideró en el número de tomas clandestinas, con 1,337 reportadas, según datos del Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (IGAVIM).
Aunque la tendencia ha disminuido en comparación con 2023, los datos siguen siendo un reflejo de que las medidas para combatir este delito son insuficientes, pero también se vuelve urgente atender las principales causas que orillan a que las personas recurran al huachicoleo.
¿Promesas incumplidas para las víctimas de Tlahuelilpan?
Durante 2019, Petróleos Mexicanos (Pemex) contrató una póliza de seguro de responsabilidad civil con la aseguradora Mapfre, destinada a indemnizar a los afectados de Tlahuelilpan. Sin embargo, para 2024, las familias aseguraron no haber recibido los recursos prometidos.
Instituciones como la Organización Nacional de Responsabilidad del Estado (ONRE) y despachos jurídicos interpusieron demandas colectivas entre 2019 y 2020 para exigir el pago de la póliza, pero los casos siguen sin resolverse.
A seis años de la tragedia, Tlahuelilpan continúa enfrentando las secuelas del 18 de enero de 2019, no solo por el abandono de las autoridades, sino porque decenas de niños, que quedaron huérfanos, hoy se ven obligados a convertirse en el sostén de sus familias.
