Valle de México: Lluvias atípicas, lluvias y alerta roja en varias alcaldías, ¿qué está pasando?

La CDMX se sumerge en caos tras 3 días de intensas lluvias, con alertas activadas en varias alcaldías. Expertos advierten sobre la ineficacia del drenaje.

Por: Ollinka Méndez

La CDMX se encuentra en el tercer día de intensas precipitaciones, tal como lo habían anticipado las autoridades. Se prevén lluvias significativas en gran parte del país hoy. Por ejemplo, se esperan aguaceros torrenciales en Puebla y el Estado de México, mientras que Jalisco y Colima podrían experimentar lluvias muy fuertes. Chihuahua y Durango, por su parte, se preparan para lloviznas y chubascos.

El Valle de México enfrenta intensas precipitaciones y riesgo de inundaciones en diversas alcaldías

Es crucial tomar precauciones, ya que este tipo de eventos a menudo resultan en inundaciones, como las observadas en días recientes. De hecho, ayer por la noche se declaró alerta roja por lluvias en las alcaldías Iztacalco, Gustavo A. Madero y Azcapotzalco, evidenciando que ninguna de las dieciséis demarcaciones de la Ciudad de México está exenta de riesgo. La principal preocupación reside en los daños asociados a estas condiciones climáticas.

Para abordar este tema, Carlos Vargas, miembro del programa para la sustentabilidad del agua, compartió que el término “lluvias atípicas” se refiere a un fenómeno en el que las precipitaciones son cada vez más intensas y frecuentes, con un patrón anómalo.

Esto significa que las lluvias pueden comenzar antes o terminar después de lo habitual, y su distribución ya no es uniforme. En lugar de una precipitación generalizada, se presentan “vórtices” o puntos específicos donde llueve torrencialmente, mientras que en otras áreas cercanas apenas cae agua. Este comportamiento dispar se observa incluso dentro de la misma ciudad, con aguaceros en el oriente, pero no en el poniente, o en el norte, sin afectar el sur.

Expertos advierten sobre lluvias atípicas y el colapso de la infraestructura debido a su diseño inadecuado

Lo más alarmante es que, a pesar de que las lluvias pueden durar solo unos minutos, las ciudades colapsan rápidamente. Esto se debe, en gran parte, a la composición del subsuelo de la Ciudad de México y su zona metropolitana, incluyendo parte del Estado de México.

Estas áreas están asentadas sobre sedimentos lacustres, lo que significa que el terreno es deformable y compresible, a diferencia de un lecho rocoso sólido que se encuentra en las orillas. Por lo tanto, cualquier infraestructura subterránea, como tuberías de drenaje o de agua potable, tiende a romperse y deformarse, impidiendo un desalojo eficiente del exceso de agua.

Ante este panorama, y considerando que la infraestructura de drenaje actual no es suficiente, se están explorando soluciones para manejar el excedente de agua. Vargas sugirió encauzar estas aguas hacia sitios como el lago Tláhuac, ubicado en los límites de la Ciudad de México y el Estado de México. La idea sería profundizar este cuerpo de agua y crear canales que, aprovechando la gravedad, puedan conducir las aguas de las zonas pobladas hacia allí, liberándolas de las inundaciones.

Proponen soluciones para gestionar el agua de lluvia, incluyendo lagos y canales de desagüe

No solo el lago Tláhuac, sino también otros cuerpos de agua como Xochimilco y el lago de Zumpango, que actualmente se están secando, podrían ser adaptados para el almacenamiento. Es una paradoja que la ciudad enfrente escasez de agua en tiempos de sequía y se inunde en la temporada de lluvias. La propuesta es gestionar el agua de manera inteligente, almacenándola para su uso durante los periodos secos.

Vargas confirmó que están colaborando y asesorando a las autoridades tanto del Estado de México como de la Ciudad de México. Existe una buena disposición, y ya se están planificando acciones a corto, mediano y largo plazo. Esto incluye no solo el lago Tláhuac, sino también Xochimilco, el lago de Zumpango y la zona de Texcoco, que, aunque se había pensado para un aeropuerto, su vocación natural es lacustre.

Muchos de estos cuerpos de agua están bajo amenaza de urbanización, lo que limita su potencial para una gestión hídrica futura. Sin embargo, aún hay esperanza, ya que se está interactuando activamente con las autoridades para fomentar la implementación de estas soluciones. La investigación avanza, pero la clave está en el interés y la acción de las autoridades para recolectar el agua de lluvia, en lugar de permitir que cause estragos.

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