El pasado 21 de septiembre de 2022, el astronauta estadounidense Frank Rubio llegó a la Estación Espacial Internacional para realizar, junto con el resto de su tripulación, una serie de investigaciones científicas y demostraciones de tecnología. Durante este proyecto, ocurrió un hecho insólito, pues un tomate de la NASA, que sería ocupado para dichas pruebas, se extravió en el espacio.
Esta pérdida fue anunciada por el propio Frank, por lo que dieron inicio las labores de búsqueda dentro de la Estación Espacial Internacional para tratar de recuperar el alimento, sin embargo, los esfuerzos no dieron fruto y luego de 370 días en el espacio, la tripulación volvió a la Tierra.
Ocho meses después de esta noticia, y de mucho escepticismo por parte de otros astronautas, la hortaliza fue encontrada. “Nuestro buen amigo Frank Rubio, que se dirigía a casa, ha sido culpado durante bastante tiempo por haberse comido el tomate. Pero podemos exonerarle. Hemos encontrado el tomate”, declaró Jasmin Moghbeli, astronauta de la NASA.
¿Por qué había un tomate en la Estación Espacial Internacional?
La Estación Espacial Internacional es un centro de investigación y de laboratorios en órbita, en donde se desarrollan diversos conocimientos relacionados con el espacio. Durante su misión, Frank Rubio trabajó en XROOTS, proyecto de cultivo que utiliza distintas técnicas a base de agua y de aire, a diferencia del suelo u otros métodos tradicionales.
El objetivo es encontrar alternativas de cultivo que consigan completar el ciclo de la vida de las plantas de tomate, tal cual sucede en la Tierra; y de esta manera implementarlas a mayor escala para futuras misiones espaciales.
Fue durante el experimento de nombre Veg-05, donde el astronauta Frank Rubio perdió en el laboratorio orbital de biología, uno de los tomates del cultivo final; con apenas 2.5 centímetros de ancho y resguardado en una bolsa. Según sus propias palabras, pasó al menos 20 horas buscando la hortaliza.
¿Cómo se perdió el tomate?
Según cuenta el protagonista de los hechos, el astronauta Frank Rubio tomó la bolsa que almacenaba el tomate para mostrarla a un grupo escolar y luego la pegó de nuevo al velcro de la pared; pero cuando volvió ya no estaba.
Debido a la gravedad del espacio, todo objeto que no se fije a la pared, puede flotar hasta extraviarse en las grietas o esquinas del laboratorio orbital. Sin embargo, Frank recibió acusaciones por haberse comido este cultivo.
Aunque el tomate de la NASA ya fue encontrado, los astronautas a cargo del hallazgo no han dado más detalles sobre el lugar de su ubicación, ni del estado de uno de los primeros tomates cultivados en el espacio en este año.
