El gobierno de Estados Unidos ha designado a seis cárteles del narcotráfico en México como organizaciones terroristas debido a su alto nivel de violencia, actividades criminales e impacto en la sociedad norteamericana; una decisión histórica por parte de la administración de Donald Trump que podría tener varias implicaciones dentro y fuera de su territorio.
Para tener una mayor perspectiva sobre el alcance de estas organizaciones criminales, a continuación te presentamos las principales zonas de operación de estos grupos delictivos, así como el estado mexicano en el que tienen su sede.
Cártel de Sinaloa
Sede: Culiacán, Sinaloa.
Estados donde opera: Principalmente, Sinaloa, Baja California, Sonora, Chihuahua, Durango, Nayarit y Ciudad de México.
Uno de los grupos criminales más poderosos del mundo, conocido por su estructura descentralizada y presencia internacional en el tráfico de drogas.
Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)
Sede: Jalisco.
Estados donde opera: Jalisco, Michoacán, Colima, Nayarit, Veracruz, Guanajuato, Ciudad de México y Baja California.
Caracterizado por su rápida expansión, el CJNG es uno de los cárteles más violentos y con mayor control de rutas de trasiego de drogas.
Cárteles Unidos
Sede: Michoacán.
Estados donde opera: Michoacán y Guerrero.
Una coalición de grupos criminales que buscan frenar el avance del CJNG en la región.
Cártel del Golfo
Sede: Tamaulipas.
Estados donde opera: Tamaulipas, Nuevo León, Veracruz, San Luis Potosí y Quintana Roo.
Uno de los cárteles más antiguos de México, con influencia en el tráfico de drogas, secuestro y extorsión.
La Nueva Familia Michoacana
Sede: Michoacán.
Estados donde opera: Michoacán, Estado de México y Guerrero.
Un grupo con fuerte presencia en la producción de drogas sintéticas y extorsión en diversas regiones.
Cártel del Noreste
Sede: Tamaulipas.
Estados donde opera: Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Zacatecas.
Una escisión de Los Zetas, conocida por su alto nivel de violencia y control territorial en el noreste del país.
Estos grupos criminales representan una seria amenaza para la seguridad de México y de Estados Unidos, operando con tácticas militares y redes de corrupción para mantener su dominio territorial.