“El Juego del Calamar” a la “mexicana": Niños recrean actividades de la serie de televisión en Reynosa, Tamaulipas
La serie “El Juego del calamar”, que inicialmente generó preocupación por su contenido violento, despertó la curiosidad de los niños por los juegos infantiles.
La serie de televisión “El Juego del Calamar”, conocida por su alto contenido de violencia y su popularidad a nivel mundial, ha trascendido la pantalla y ha llegado a los patios de las escuelas. A pesar de no ser recomendada para menores de 16 años, niños de diversas edades han comenzado a imitar los juegos que se ven en la serie, generando preocupación entre padres y educadores.
Ante esta situación, la maestra Priscila, en Reynosa, Tamaulipas, ha tomado la iniciativa de adaptar los juegos de “El Juego del Calamar” y transformarlos en actividades educativas para sus alumnos. De esta manera, busca encauzar el interés de los niños hacia algo positivo y aprovechar la popularidad de la serie para reforzar los aprendizajes del aula.
El “Juego del Calamar” con un enfoque educativo
En lugar de misteriosos guardias con overoles rosas y escenas de violencia, los planteles escolares se han convertido en el escenario de un juego muy popular, pero con un enfoque educativo. En Reynosa, 38 niños están participando en la recreación de los juegos, transformándolos “a la mexicana” y adaptándolos a su realidad.
El reto principal es jugar el pentatlón de seis piernas, una competencia que incluye diversas pruebas inspiradas en juegos tradicionales mexicanos. La gran diferencia con la serie coreana es que no hay violencia ni situaciones de riesgo. En su lugar, alumnos jueces supervisan el desarrollo de los juegos y se aseguran de que los participantes resuelvan problemas matemáticos relacionados con los temas que están viendo en clase, como cálculo mental, porcentajes y fracciones.
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La primera parada del pentatlón es el “dadji” o juego de los dos sobres, seguido por el lanzamiento de piedras, la matatena y el lanzamiento de un trompo. En la última estación, los jugadores deben dominar una pelota mientras resuelven problemas matemáticos. Además de las habilidades físicas y matemáticas, se fomenta la interacción entre los niños para que se apoyen mutuamente durante los juegos.
Iniciativa de la actividad educativa fue por parte de una maestra
La iniciativa de la maestra Priscila ha tenido una gran acogida entre los alumnos, quienes han mostrado un mayor interés por las matemáticas a partir de la adaptación de “El Juego del Calamar”. La serie, que inicialmente generó preocupación por su contenido violento, ha despertado la curiosidad de los niños por los juegos infantiles tradicionales y ha servido como herramienta para reforzar los conocimientos adquiridos en el aula.
Si bien algunas asociaciones han expresado su preocupación por el posible impacto de la serie en los niños, médicos psiquiatras consideran que recrear los juegos de forma apropiada y sin violencia no representa un riesgo para los menores. La clave está en la supervisión de los padres y educadores, quienes deben orientar a los niños y asegurarse de que comprendan que la violencia que se ve en la serie no es un juego y no debe ser imitada.
La adaptación de “El Juego del Calamar” en escuelas de Reynosa es un ejemplo de cómo se puede aprovechar el interés de los niños por contenidos populares para promover el aprendizaje y el desarrollo de habilidades. Al transformar los juegos violentos en actividades educativas, se les da un nuevo significado y se fomenta la participación activa de los alumnos en su propio proceso de aprendizaje.