Cada veinticinco de octubre, esta localidad mexiquense se viste de celebración para honrar a San Crispín y San Crispiniano, los patronos de la manufactura de calzado, un oficio que ha sostenido a la comunidad por más de un siglo. La conmemoración del Día del Zapatero se vive con profunda devoción, recordando a los artesanos de Roma que ejercieron esta labor. Es costumbre que en los establecimientos de producción, los padrinos entreguen golosinas en señal de festejo.

En el territorio municipal de San Mateo, se estima que alrededor de mil trescientas familias dependen directamente de la fabricación de zapatos. La oferta es amplia, abarcando desde calzado infantil y modelos para adultos, hasta productos especializados para el pie diabético.

San Mateo Atenco celebra el Día del Zapatero, honrando tradición y artesanía en la manufactura de calzado

Durante un recorrido por los talleres locales, Alexis, un zapatero que representa a la tercera generación de su familia en el negocio, explicó el proceso de manufactura. El trabajo comienza con la recepción de la materia prima, principalmente rollos de cuero que llegan desde la ciudad de León, Guanajuato.

La primera fase es la estación de corte, donde se utilizan moldes metálicos, conocidos como suajes o troqueles, diseñados a la medida exacta requerida. Una pieza de calzado puede componerse de tan solo dos partes o llegar a integrar veinticinco elementos distintos. Recientemente, la empresa familiar se ha trasladado a un espacio más amplio, equipado con maquinaria industrial moderna, aunque parte del proceso, como dar forma al cuerpo del zapato con las hormas, sigue requiriendo de la destreza manual.

Una vez que la superficie está preparada, se realiza el proceso de pegado, donde se ensamblan las piezas. Una máquina aplica calor y presión para fijar la suela. Además, se añade una capa de cera especial para asegurar que el producto final luzca pulcro y elegante.

Alrededor de mil 300 familias dependen del oficio zapatero

Alexis destacó el valor de su oficio, señalando que, gracias a él, ha podido proporcionar estudios técnicos a sus hijos.

El taller de la familia García está enfocado en la creación de calzado para hombres y es liderado por la matriarca del clan. Para ellos, hacer zapatos es un acto que va más allá de la simple elaboración; es una muestra de amor y pasión. Como es tradición, los santos patronos son colocados en un lugar prominente dentro del taller.

A pocas calles, se ubica una instalación más grande y consolidada, propiedad de Don Germán. Él aclaró que su operación consiste en varios talleres familiares que colaboran.

Su hija, encargada del diseño, mostró cómo se utiliza una plancha para abrir la lona y obtener el corte exacto de la tela. Hombres y mujeres alternan labores en este lugar.

La empresa, que comenzó a operar cerca de 1987 produciendo calzado para caballeros, expandió su línea en el año 2000 para incluir tenis. A pesar de la industrialización, el toque artesanal permanece vivo, evidente en las manos de los trabajadores, como Don Germán, quien lleva cerca de cuarenta años en el ramo.

Artesanos buscan optimizar procesos para mejorar la calidad y exportar su calzado

La frase popular “zapatero a tus zapatos” es una realidad palpable en San Mateo Atenco, donde este oficio es la principal fuente de sustento para la mayoría de sus habitantes, incluyendo a personas como Aarón y Gonzalo. El municipio alberga una gran variedad de establecimientos donde, detrás de fachadas sencillas, se diseñan elegantes modelos que van desde botas y botines hasta sandalias. Un solo lugar puede producir hasta ochenta modelos diferentes.

En este día de celebración, los artesanos rinden tributo a sus santos para expresar gratitud por el sustento recibido y para solicitar apoyo en la superación de los desafíos. Los productores reconocieron que el año ha sido complicado y manifestaron su deseo de seguir perfeccionando los procedimientos y optimizando los recursos para elevar la calidad, con el objetivo final de lograr la exportación de su producto.