Cenote del Cocodrilo Dorado: la maravilla natural que preserva historias ancestrales
En la selva de Quintana Roo, el Cenote del Cocodrilo Dorado aguarda, envuelto en leyendas y biodiversidad. Ofrece un refugio de asombro y tradiciones vivas.
En las profundidades de la Ribera del Río Hondo, que marca la división entre México y Belice, se esconde una maravilla natural poco explorada: el Cenote del Cocodrilo Dorado.
Para llegar a este místico lugar, el viaje inicia con un recorrido en canoa de aproximadamente una hora por el río, culminando en un entorno de selva exuberante, donde los sonidos de la naturaleza crean una atmósfera envolvente. Ubicado en La Unión, una comunidad a 113 kilómetros del municipio de Othón P. Blanco, en Quintana Roo, este cenote es un santuario de biodiversidad y tradiciones ancestrales.
Una leyenda local rodea la majestuosidad de este impresionante cenote
La leyenda local narra que en una de sus imponentes paredes, los habitantes de Belice han sido testigos de resplandores que dan forma a un lagarto dorado. Agustín, un custodio de este tesoro natural, comparte que su padre lo descubrió hace más de medio siglo, y desde entonces, su familia se ha dedicado a su conservación.
Investigadores estiman que la altura desde la cima hasta la superficie del agua roza los cien metros, lo que le confiere una majestuosidad imponente. Sin embargo, lo que realmente lo hace único es su ubicación geográfica estratégica, con Belice y sus arrozales, extendiéndose a la izquierda, y a la derecha, la grandeza del Cenote El Cocodrilo Dorado, considerado una de las primeras maravillas naturales de México.
Un oasis abierto al público
Actualmente, este oasis natural está abierto al público, aunque su belleza permanece desconocida para la mayoría. Agustín y su familia tienen el firme propósito de continuar preservando esta maravilla, manteniendo viva la enigmática historia del cocodrilo dorado.
Rodeado de vegetación y fauna autóctona, este cenote se suma a la lista de esplendores naturales que distinguen a México y, en particular, al estado de Quintana Roo. Representa no solo un punto de interés ecológico, sino también un sitio de leyenda y un testimonio del compromiso de una familia con la protección de su herencia natural.