El actual gobierno insiste en repetir que México es hoy “el país más democrático del mundo”. Sin embargo, la realidad demuestra lo contrario. Una de las bases fundamentales de cualquier democracia liberal es la igualdad de todos ante la Ley, principio que parece desvanecerse cada vez más bajo el régimen de Morena.

Un doble rasero en la justicia

En los hechos, se observa un doble criterio. Cuando se trata de empresarios, periodistas o políticos de oposición, basta una acusación sin sustento para que desde el púlpito presidencial se inicie un linchamiento público. No importa la presunción de inocencia, basta con el señalamiento para que la condena social quede marcada.

En contraste, cuando surgen sospechas sobre figuras vinculadas al partido en el poder, el discurso cambia radicalmente: se exige paciencia, pruebas contundentes y “no adelantarse a conclusiones”. La balanza de la justicia, que debería ser imparcial, parece inclinarse según la conveniencia política del momento.

Los lujos y las justificaciones oficiales

Lo mismo sucede con los lujos y viajes al extranjero, en sexenios anteriores, la sola aparición de un político disfrutando en hoteles o restaurantes era suficiente para ser señalado de corrupción.

Hoy, en cambio, la narrativa oficial busca justificar los excesos: “no es lo que parece”, “el gasto fue mínimo”, “el desayuno estaba incluido”.

Sospechas de vínculos con el crimen

Y cuando aparecen vínculos sospechosos con el crimen organizado, la postura es aún más tibia. Lo que antes era motivo de condena inmediata, ahora se convierte en un llamado a la cautela y a revisar “con lupa” los hechos.

No se trata de pedir cacerías de brujas. El reclamo es otro: que la igualdad ante la ley sea real y no selectiva. Que tanto opositores como aliados del régimen gocen de los mismos derechos, de la misma presunción de inocencia y de un juicio justo.

De lo contrario, la democracia mexicana seguirá pareciéndose cada vez más a la fábula de George Orwell, donde “todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros”.