Los adultos mayores pueden presentar complicaciones durante la etapa adulta; en el tema de la salud, el Herpes Zóster, es una enfermedad que se puede manifestar en personas mayores de 50 años, sin embargo, existe una vacuna que ayuda a tratarlo.
El tratamiento para esta enfermedad es a base de analgésicos y antivirales, para evitar lesiones nuevas o una recaída, además de que es necesario aplicar la vacuna contra el Herpes Zóster.
¿Cómo se presenta el Herpes Zóster?
Las personas pueden presentar la enfermedad por medio de unas “ronchitas” en alguna parte específica del cuerpo, estas ronchas pueden avanzar muy rápido por lo que es esencial acudir al médico para tener el tratamiento adecuado contra el Herpes Zóster.
El padecimiento comienza con unos granos, similares a un ramillete de uvas, los dolores son muy intensos, se puede llegar a sentir ardor, como si se quemara la piel en la zona afectada, además de incomodidad.
El herpes zóster, o “culebrilla”, es una enfermedad dolorosa causada por la reactivación del virus varicela-zóster (VZV), el mismo que provoca la varicela. El #ExpertoUNAM José Luis Alfredo Mora Guevara habla de este padecimiento. 👇https://t.co/3PG3WOY25w
— UNAM (@UNAM_MX) November 23, 2024
Se calcula que a los sesenta años uno de cada cuatro adultos mayores ya han presentado por lo menos un brote de la enfermedad, a los setenta, dos de cada cuatro y a los ochenta años, tres de cada cuatro, la enfermedad se puede desarrollar a causada del virus de la varicela.
¿Esta enfermedad puede afectar el cerebro?
La aplicación de la vacuna ayuda a evitar que salgan más brotes y que las complicaciones lleguen a afectar el cerebro; de acuerdo con un estudio realizado en Estados Unidos y otros países, revela que esa vacuna también podría proteger contra la demencia.
La piel posee dermatomas, que son estas áreas de inervación de la médula espinal, debido a una afectación que puede llegar directamente al cerebro llamado encefalitis, provocando un daño al cerebro.
Por el momento este biológico solo está disponible en el sistema de salud privado, y se aplica en dos dosis, la primera y posteriormente la segunda, entre dos y los seis meses después de la primera dosis aplicada.
La vacuna puede ser aplicada en personas mayores a los 50 años o más, ya que el padecimiento aparece con mayor frecuencia después de los 65 años de edad.