Entre himnos religiosos, lágrimas y el recuerdo de una mujer alegre que dedicó su vida a servir, familiares y amigos dieron el último adiós a Inés Alvarado Rojas, una de las trece víctimas mortales del trágico descarrilamiento del Tren Interoceánico ocurrido el pasado domingo 28 de diciembre en Oaxaca.
El cuerpo de Inés, de 57 años, regresó a su hogar en Villa Allende, en el sur de Veracruz, dos días después del siniestro. Lo que debía ser un viaje de retorno a casa tras visitar a su hijo, se convirtió en una despedida prematura que ha conmocionado a la comunidad.
"Andaba contenta": Las últimas fotos antes de la tragedia
Para la familia Alvarado, el dolor se mezcla con la incredulidad. Rafael Alvarado, hermano de la víctima, compartió con Fuerza Informativa Azteca los últimos momentos de contacto que tuvo con ella. Inés venía de Salina Cruz, Oaxaca, donde había pasado días felices junto a uno de sus hijos.
"Ella andaba de viaje, feliz, andaba contenta. Todavía me mandó fotos que andaba en la playa bañándose con su hijo… y luego empezaron las noticias de que había pasado un accidente en ese lugarcito", relató Rafael, visiblemente afectado.La familia la buscó desesperadamente tras el accidente, aferrándose a una imagen de ella dentro de un vagón, hasta que horas más tarde se confirmó la fatal noticia.
¿Quién era Inés Alvarado, víctima de la tragedia en el Tren Interoceánico?
El velorio se realizó en su domicilio de la Avenida Zamora. Ahí, vecinos y amigos la recordaron no como una estadística más del accidente, sino como la menor de cinco hermanos, una madre amorosa y una mujer entregada a su fe.
Carlos, amigo cercano de la familia, destacó su vocación de servicio en la comunidad religiosa:
"Ella era muy participante en todos los servicios, le gustaba servir en el reino de los niños, en la fe. En donde quiera que le llamaban para servir, ella siempre estaba ahí".
Veracruz, de luto por el Tren Interoceánico
La tragedia del Tren Interoceánico ha golpeado duramente al estado de Veracruz. De acuerdo con los reportes de los deudos, de las 13 personas fallecidas, al menos siete eran originarias de esta entidad, provenientes de municipios como Coatzacoalcos, Cosoleacaque y Acayucan.
Mientras las investigaciones sobre las causas del descarrilamiento continúan, en Villa Allende hoy solo queda el silencio y el recuerdo de Inés, quien envió sus últimas sonrisas desde el mar antes de subir al tren.