El firmamento de octubre se prepara para un encuentro astronómico sin precedentes: la aparición del cometa de “cola de las 10 lunas” C/2025 R2 SWAN, un viajero que ha tardado veinte milenios en regresar a las cercanías de la Tierra.

Descubierto apenas el pasado mes de septiembre, este objeto promete una visión que mezcla lo excepcional con la urgencia, pues su órbita extremadamente larga significa que es una oportunidad única e irrepetible para la humanidad actual.

El cometa C/2025 R2 SWAN regresa tras veinte mil años, una oportunidad única para la humanidad

Su acercamiento a la Tierra se produce en una trayectoria que, por su extensión, se considera de naturaleza no periódica. A diferencia de otros visitantes celestes habituales, como el famoso cometa Halley que reaparece cada 76 años, el SWAN requiere de un lapso de alrededor de 20 mil años para dar una vuelta completa alrededor del Sol.

Esta escala temporal lo convierte en un suceso único: ninguna persona viva podrá presenciarlo por segunda vez, asegurándole un lugar primordial en las agendas de la comunidad astronómica mundial.

Su cola iónica es comparable a 10 lunas llenas alineadas

Lo que distingue a este recién llegado y lo convierte en un espectáculo garantizado es la magnitud de su estela. Este rastro de gas y polvo, conocido como cola iónica, se expande al interactuar con la intensa radiación solar hasta cubrir cinco grados de la esfera celeste. Dicha extensión es visualmente equiparable a contemplar una línea formada por diez lunas llenas alineadas.

Este alcance visual lo separa de la mayoría de los objetos cometarios recientes, cuyas colas son a menudo difíciles de distinguir sin la ayuda de un telescopio. El SWAN, en cambio, promete que en zonas libres de contaminación lumínica, los observadores podrán simplemente alzar la vista para ver su firma resplandeciente en la oscuridad.

¿Cuándo se verá el cometa con una “cola de 10 lunas”?

Aunque el objeto pasó por su punto más cercano al Sol, su perihelio, el 12 de septiembre de 2025, el momento estelar para la observación pública ocurrirá del 18 al 21 de octubre.

Durante este intervalo de tiempo, el cometa se situará a su distancia mínima de nuestro planeta, a solo 0,261 unidades astronómicas, lo que se traduce en aproximadamente 39 millones de kilómetros.

En esas noches específicas, su brillo se intensificará lo suficiente para que la observación a simple vista sea posible para el público situado en el hemisferio septentrional. México y gran parte de los países de América Latina se encuentran en una posición privilegiada para su avistamiento, especialmente para quienes puedan trasladarse a áreas rurales alejadas de las luces artificiales de las urbes.