Activista describe el terror del campo de exterminio hallado en Jalisco: “Experimentos, pedofilia y fusilaciones”
Indira Navarro, integrante de Guerreros Buscadores de Jalisco, reveló para Hechos AM el testimonio de una víctima del campo de exterminio, donde calculó más de mil 500 asesinatos.
Los recientes hallazgos en el rancho “Izaguirre” de Teuchitlán, Jalisco, han conmocionado a México y han expuesto la crueldad del crimen organizado. Lo que en un principio simplemente fue identificado como centro de adiestramiento del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) resultó ser un posible campo de exterminio y crematorio clandestino.
Entre los testimonios que han salido a la luz, destaca el de Indira Navarro, líder del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, quien compartió los escalofriantes relatos de una víctima que estuvo cautiva en este sitio durante tres años.
Rancho Izaguirre: Un centro de adiestramiento y exterminio con años de operación
En entrevista con el equipo de Hechos AM, Indira Navarro reveló que una víctima le narró el sufrimiento vivido dentro del rancho. Según su testimonio, el sitio habría operado desde 2012 y con el paso de los años se convirtió en un centro de exterminio donde se cometieron atrocidades inimaginables, incluso mayores a las que se pueden ver en las imágenes reveladas.
Al ingresar al rancho, se encontraron montículos de ropa y calzado, con más de 200 pares de zapatos, además de droga espolvoreada, casquillos de armas de alto calibre, cargadores y listas con sobrenombres y claves de las víctimas y los responsables del lugar. Pero esto solo era la superficie de lo que realmente ocurrió ahí.
🔻 También relató que la sobreviviente coincide en declaraciones con otras personas que estuvieron en el rancho, revelando que quienes intentaban escapar eran asesinados y llevaban trajes anaranjados para ser identificados. https://t.co/DoUTsKhGD9 pic.twitter.com/VrI7UqoKNP
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El horror de los hornos clandestinos de Teuchitlán
“Esto que ven no le llega”, dijo la sobreviviente en referencia a las imágenes del sitio. Según la víctima, el rancho estaba repleto de hornos clandestinos utilizados para deshacerse de los cuerpos. Su relato es estremecedor: calculó que alrededor de mil quinientas personas fueron asesinadas y calcinadas en este lugar. La consigna de los criminales era clara: “sin cuerpo, no hay delito”.
Navarro detalló el profundo impacto que le causaron estas declaraciones, al escuchar cómo la víctima relataba los intentos fallidos de acabar con su propia vida ante la desesperación. “Yo buscaba la manera de matarme, pero no podía, porque las personas que estábamos en contra de nuestra voluntad no nos daban armas. Si decíamos que nos queríamos ir, nos mataban”, contó la sobreviviente.
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Niños y experimentos médicos en el rancho de Jalisco
El horror no terminaba ahí. El testimonio también señaló que en el rancho no solo había jóvenes secuestrados, sino que también llegaron niños, quienes habrían sido sometidos a experimentos médicos. Entre los victimarios, se encontraban doctores que utilizaban a los menores para experimentos, según le señaló la sobreviviente, en un testimonio que en los próximos días verá la luz en formato de audio.
“Era un sitio de exterminio, de reclutamiento”, dijo Navarro, citando a la víctima. La implicación de profesionales de la salud en estos actos atroces añade una nueva capa de horror a la ya terrible situación. Además, se reportó la presencia de niñas, pues uno de los líderes del grupo criminal tenía predilección por ellas.
¿Qué encontraron en los hornos clandestinos de Teuchitlán?
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Además de haber sido un centro adiestramiento del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) también fungió como campo de exterminio.
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Revela sobreviviente métodos inhumanos del CJNG
Una de las revelaciones más perturbadoras del testimonio fue el castigo impuesto a quienes osaban llorar o mostrar signos de debilidad. Según la sobreviviente, aquellos que eran descubiertos llorando eran arrojados desnudos a un corral donde había cerdos hambrientos, llamados “puerqueras”.
“Te tenías que hacer bolita, porque si no los cerdos te comían”, relató la víctima. Además, se mencionó la presencia de animales exóticos en el rancho, utilizados también en los actos macabros del grupo criminal.
El método de desaparición de cuerpos era espeluznante: primero los desechaban en el corral y luego, lo que quedaba de los cadáveres, era incinerado en los hornos clandestinos. “Tienen mucho este lema de que ‘sin cuerpo no hay delito’”, afirmó Navarro, subrayando que este patrón de eliminación de pruebas se repite en múltiples testimonios de sobrevivientes.
Un hallazgo que confirma el horror en Teuchitlán, Jalisco
Este descubrimiento fue encabezado por el grupo de Guerreros Buscadores de Jalisco, quienes confirma que se han localizado restos humanos, incluyendo fragmentos de cráneo, dentaduras y molares, lo que refuerza la hipótesis de que el sitio fue utilizado sistemáticamente para la ejecución y desaparición de personas.
Navarro, visiblemente afectada, confesó que aún no puede procesar toda la información que le fue compartida. “Te lo juro que aún estoy trabada porque no estoy bien, porque aún no asimilo lo que me dijo esta muchacha que estuvo tres años”, expresó.
Eduardo Lerma Nito, de 20 años, es un sobreviviente del rancho de "exterminio" en #Teuchitlán, #Jalisco. 🚨
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Su carta, que se volvió viral, revela su experiencia tras ser reportado como desaparecido.@ceciliacerna19 con la información en #HechosAM. pic.twitter.com/FxXChqGjyw
El hallazgo de este campo de exterminio de Jalisco ha reavivado el debate sobre la crisis de desapariciones y la impunidad en México. Los colectivos de búsqueda, como Guerreros Buscadores de Jalisco, han desempeñado un papel crucial en la exposición de estas atrocidades, a menudo enfrentándose a grandes riesgos para revelar la verdad.
A pesar del horror, estos grupos continúan su lucha, exigiendo justicia para las víctimas y sus familias. El caso del rancho “Izaguirre” es un recordatorio de la brutalidad del crimen organizado y de la necesidad urgente de medidas contundentes para frenar esta ola de violencia.