¿Emergencia en la Antártida? Un brote de influenza aviar altamente patógena (H5N1) encendió las alertas científicas luego de que provocara una drástica caída en la población de focas elefante en el sur en la isla subantártica de Georgia del Sur, uno de los santuarios naturales más importantes en el mundo.

De acuerdo con una investigación liderada por el British Antarctic Survey (BAS), el número de focas hembras disminuyó un 47% entre los años 2022 y 2024, un impacto sin precedentes para esta especie. En un estudio que fue publicado en la revista científica Communications Biology, una de las más reconocidas en el ámbito de las ciencias naturales.

¿Qué provocó la muerte masiva de focas?

Los científicos confirmaron que la causa principal fue la propagación del virus H5N1 , detectado por primera vez en septiembre de 2023 en aves marinas como los “skuas pardos”, antes de extenderse rápidamente a mamíferos marinos, incluidas las focas elefante y lobos marinos antárticos.

La isla de Georgia del Sur alberga la mayor población mundial de focas elefante del sur, representando más del 50% de las hembras en edad reproductiva a nivel mundial, lo que convierte este evento en una amenaza directa para la estabilidad de la especie.

¿Qué tan grave es la caída poblacional de focas hembras?

Utilizando drones de ala fija (UAV) y tecnología de mapeo aéreo de alta precisión, un equipo científico monitoreó las tres colonias reproductivas más grandes de la isla, y los resultados fueron contundentes: reducción promedio del 47% en hembras reproductoras; algunas colonias registraron pérdidas superiores al 60%. Se estima que unas 53 mil hembras reproductoras están “ausentes” en toda la isla

Connor Bamford, ecólogo y autor principal del estudio, calificó el hallazgo como “verdaderamente impactante”, al señalar que en años normales las variaciones poblacionales no superan el 7%.

¿Por qué este brote preocupa a largo plazo?

Las focas elefante son animales longevos, capaces de bucear a más de mil 500 metros de profundidad y recorrer miles de kilómetros; según los expertos, una caída repentina en la reproducción puede tener efectos durante décadas. Casos similares ya se habían documentado en Sudamérica, donde el virus causó tasas de mortalidad superiores al 70%, pero Georgia del Sur se consideraba una población estable y aislada.

Los investigadores subrayan la urgencia de mantener la vigilancia a largo plazo, ya que el cambio climático y la expansión de enfermedades están alterando ecosistemas que antes se consideraban seguros; ¿estamos preparados para enfrentar el impacto de nuevas enfermedades en la fauna silvestre del planeta?