Cáncer en perros: La historia de “Roco” un lomito que se sometió a quimioterapia por un año

El cáncer en perros es común y la mitad de perros mayores de 10 años pueden padecerlo. La historia de Roco muestra que la detección temprana es crucial.

Por: Ulises Grajales y Ollinka Méndez

El cáncer se ha convertido en una preocupación creciente para las familias con mascotas, afectando a un gran número de nuestros compañeros caninos, especialmente a aquellos que superan los diez años de edad.

Se estima que la mitad de los perros en este grupo demográfico pueden desarrollar o ya padecen esta compleja enfermedad. A pesar de su prevalencia, hay un rayo de esperanza: la detección temprana puede cambiar drásticamente el rumbo de la historia de nuestras queridas mascotas, ofreciéndoles una oportunidad real de prolongar su vida y bienestar.

La vida de “Roco” dio un giro inesperado

Un ejemplo conmovedor de esta batalla es el de Roco, un perro de siete años cuya vida dio un giro inesperado hace apenas un año. Lo que comenzó como una pequeña verruga, pronto se transformó en un tumor, revelando un diagnóstico sorprendente: un cáncer en los vasos sanguíneos, catalogado por el veterinario como un caso sumamente raro, uno en millones. Para su familia, el proceso fue una montaña rusa emocional, pues Roco es mucho más que una mascota; es un miembro amado de su hogar.

¿Será cierto que los perros sudan a través de la saliva?

Con valentía, Roco se sometió a siete sesiones de quimioterapia para reducir el tamaño del tumor, seguidas de una operación. Su historia es un testimonio de resiliencia y un recordatorio de que, aunque la batalla contra el cáncer es dura, a veces la fortuna sonríe. Es crucial entender que la genética juega un papel importante en la predisposición de algunas razas. Por ejemplo, se ha observado que razas como el bóxer y otras similares, como el pitbull, han sido modificadas genéticamente, lo que podría influir en su susceptibilidad a ciertas condiciones de salud.

Hoy, a un año de distancia, Roco ha sido dado de alta, pero su viaje continúa con revisiones constantes. Su experiencia nos deja una lección vital: la importancia de la observación atenta y el cuidado preventivo.

Más allá del baño regular, es fundamental que revisemos a nuestras mascotas para detectar cualquier cambio inusual, como el crecimiento de nuevas protuberancias. Las visitas al veterinario cada seis meses o una vez al año, dependiendo de la edad de nuestro perro, son cruciales. Un signo de alerta importante es la pérdida gradual de peso en perros adultos, incluso si su apetito parece normal. Ante cualquier señal de alarma, la acción temprana puede ser la clave para cambiar la historia de nuestros fieles amigos.

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