El 24 de septiembre de 2005, las autoridades de Buenos Aires, Argentina, encontraron los cuerpos de tres víctimas de feminicidio: Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, después de que fueron reportadas como desaparecidas el sábado 20 de septiembre.

Brenda y Morena, primas de 20 años de edad, y Lara, su amiga de 15 años, desaparecieron luego de salir juntas a una supuesta fiesta, la cual terminó en una trampa que les arrebató la vida.

Sus teléfonos celulares dejaron de emitir señales al día siguiente, pero su última señal permitió a la policía rastrearlas y localizar sus cuerpos días después en una vivienda de la ciudad de Florencio Varela, a 25 kilómetros al sur de Buenos Aires.

Las víctimas fueron asesinadas, descuartizadas y enterradas en el jardín de la casa donde estuvieron cautivas. La conmoción social se extendió rápidamente y miles de personas se manifestaron el miércoles 24 de septiembre de 2025 en más de una decena de ciudades argentinas para exigir justicia y visibilizar la violencia machista que sigue azotando a la sociedad.

Gobernador de Buenos Aires apunta al “narco internacional” del triple feminicidio

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, vinculó este crimen con el accionar de “un grupo narco internacional”.

“El Ministro de Seguridad, Javier Alonso, explicó ante la prensa que todo indica que fue un acto de venganza de un grupo narco internacional con base operativa en CABA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires)”, escribió Kicillof en su perfil de la red social X.

Las autoridades identificaron a “Pequeño Jota” como el presunto jefe de la banda criminal responsable del asesinato y la decisión de transmitir el hecho en vivo por redes sociales. La policía realizó todos los trabajos periciales en la vivienda y se espera que tomen declaración a los detenidos para desarticular la organización criminal implicada.

Universidad de Buenos Aires exige fin a la violencia feminicida

La Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires emitió un comunicado en el que condena el femicidio y critica los discursos oficiales y teorías de “la buena víctima” alimentan la violencia estructural, justifican la desprotección y vulneran los derechos humanos consolidados.

La universidad señala que en dicha provincia es cometido un feminicidio cada 30 horas “en medio de un contexto donde se difunden de forma viral varones introduciendo mujeres en bolsas de residuos como si fuera chiste. (...) Nada justifica la violencia, nada justifica que arranquen nuestras vidas”, sentenció la universidad.