Joe Biden, presidente de Estados Unidos, habló vía telefónica con su homólogo de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y le expresó su apoyó tras el asalto en Brasilia del pasado domingo, incluso lo invitó a visitar Washington.
Joe Biden “transmitió el apoyo inquebrantable de los Estados Unidos a la democracia de Brasil y al libre albedrío del pueblo brasileño”, indicó la Casa Blanca a través de un comunicado.
Así mismo, condenó “la violencia y el ataque a las instituciones democráticas y al traspaso pacífico de poder” al referirse al asalto en Brasilia del domingo por parte de los Bolsonaristas. Anteriormente, Biden indicó que los ataques en Brasil era “inaceptables”.
De acuerdo con el documento, Biden y Lula da Silva se comprometieron a trabajar en los problemas que afectan a ambos países como el cambio climático, el desarrollo económico, la paz y la seguridad.
Recebi agora a ligação do presidente dos EUA, @POTUS. Agradeço a preocupação e solidariedade do presidente Biden e a disposição para um diálogo permanente entre nossos países para o fortalecimento da democracia.
— Lula (@LulaOficial) January 9, 2023
Joe Biden invitó a Lula da Silva a visitar Washington a principios de febrero para tratar temas sobre una agenda compartida, el presidente brasileño aceptó la invitación.
¿Qué pasa en Brasil?
El domingo pasado, partidarios del expresidente Jair Bolsonaro rompieron un bloqueo establecido por las fuerzas de seguridad e invadieron los ministerios y el edificio del Congreso en Brasilia.
Los manifestantes también invadieron el estacionamiento del Palacio Planalto. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se encontraba en un viaje oficial en el estado de Sao Paulo cuando ocurrió el asalto.
La vista de miles de manifestantes vestidos de amarillo y verde causando estragos en la capital. Los medios locales estimaron que participaron unas tres mil personas.
Los manifestantes cuestionaron el resultado de las elecciones del 30 de octubre en las que el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva venció a Bolsonaro .
La invasión plantea un problema inmediato para Lula da Silva, quien asumió el cargo el 1 de enero y se comprometió a unir a una nación desgarrada por el populismo nacionalista de Bolsonaro.