Septiembre se asocia con los sismos en México, pero un modelo digital creado en la UNAM busca ir más allá de la coincidencia: con ayuda de la Inteligencia Artificial (IA) analiza patrones que podrían anticipar riesgos y salvar vidas.

Fuerza Informativa Azteca conversó con Víctor Manuel Velasco Herrera, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, quien trabaja en un algoritmo apoyado en Inteligencia Artificial (IA) para analizar el comportamiento de los movimientos telúricos y reducir riesgos.

“El modelo digital nos permitió caracterizar no solo cuándo ocurren, sino identificar patrones. ¿En qué sentido? Las placas tectónicas acumulan energía y, tras cierto tiempo, se fracturan y liberan toda esa energía”, explicó el especialista.

México, a la vanguardia en el estudio de sismos

Este modelo, asegura Velasco Herrera, es único en el mundo y coloca a México a la vanguardia en el estudio de los sismos, incluso por encima de países como Japón o Rusia, situados en el Cinturón de Fuego, la región sísmica y volcánica más activa del Pacífico.

El científico atribuye este avance a la tradición matemática de México: “Tenemos una visión digital gracias a que los mayas descubrieron el cero, base de los modelos digitales. Eso nos permite visualizar fenómenos complejos como los terremotos. A diferencia de otras naciones, para nosotros pensar en términos digitales es más natural; está en nuestro ADN”.

Según Velasco Herrera, no es casual que países del Cinturón de Fuego —como Turquía, Japón, Rusia o Perú— registren sismos de gran magnitud. El modelo mexicano detecta un patrón que ha sido compartido con científicos de todo el mundo para fortalecer la prevención de desastres.

¿Se pueden predecir los sismos? La comunidad científica insiste en que no existe manera de predecir un sismo. Sin embargo, el modelo de la UNAM advierte que México, por estar en zona sísmica, debe prepararse. Este llamado cobra mayor relevancia ante eventos masivos, como el Mundial de 2026, que atraerá a millones de visitantes.

Velasco Herrera explicó que los estudios realizados en 2021 identificaron un periodo de acumulación sísmica que comenzó en 2022. Esto significaría que, entre 2024 y 2025, podría iniciar una nueva fase de actividad:

“Estamos en 2025 con al menos tres años de acumulación de energía. Esto abre la posibilidad de un sismo mayor a 7, e incluso un enjambre sísmico en zonas como Michoacán, Guerrero u Oaxaca”, advirtió.

Enjambres sísmicos: qué son

Los enjambres sísmicos son secuencias de temblores que ocurren en un corto periodo de tiempo. Su origen aún se estudia: pueden deberse a actividad volcánica o a rupturas en la corteza terrestre que liberan energía.

Aunque no se pueda predecir un sismo, Velasco Herrera hizo un llamado al gobierno, la academia y la sociedad para crear un plan nacional de prevención. El objetivo: estar preparados frente a un eventual terremoto de magnitud 7 o más, y evitar tragedias como las de 1985 y 2017, que marcaron profundamente a México.