En México cada vez se evidencian más la falta de inversiones y la mala distribución de los recursos públicos, evidencias como un sistema de salud en decadencia, el nivel energético estancado y el abandono del AICM; la herencia maldita evidencia la incapacidad para ir más allá de los dichos y pasar a los hechos. La ineficiencia también alcanza a la libertad de expresión ante la posible aprobación de la Ley Censura y la podredumbre de la farsa judicial que lleva a personas con antecedentes penales y sin mínimo aprobatorio, a impartir justicia en un país que necesita de soluciones.
AICM: ¿Bienvenida o caos?
El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) es otro ejemplo de la “herencia maldita” de la administración anterior, a pesar de ser el más importante del país, se está “cayendo a pedazos” por falta de mantenimiento y el enfoque del gobierno en nuevos proyectos.
Esta situación se debe principalmente a la decisión de mantener el AICM saturado, mientras se cancelaba la construcción de un nuevo aeropuerto en Texcoco, que ya había costado más de 113 mil millones de pesos y aún implica una deuda de 4 mil millones de pesos que los ciudadanos pagan a través de la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA).
Parches, fugas y olores fétidos son lo primero que reciben turistas y nacionales cuando llegan a la Ciudad de México vía el AICM, como una primera impresión de la crisis que verán afuera. Pero el Gobierno se mantiene en negación, pretenden imponer una verdad con discursos, más allá de la evidencia y de los hechos, como ocurre con la nueva reforma de telecomunicaciones que sólo logrará silenciar a quien con prueba en mano quiera decir la verdad.
¿Herencia maldita y fracaso de mantenimiento? La crisis del AICM
Censura con A de presidenta… y con A de autoritarismo
Este mes, Morena, con mayoría en las dos cámaras, están por aprobar la reforma en telecomunicaciones, también conocida como Ley Censura, que amordaza a los ciudadanos, quienes ya no podrán denunciar las deficiencias de esta y la pasada administración como la falta de medicamentos y atención médica de calidad; la falta de justicia o de educación de calidad.
Esta iniciativa es un ejemplo del autoritarismo, ya que el Estado al tener control de los medios de comunicación será absoluto, así como la tienen dictaduras en América Latina como Nicaragua o Venezuela. Las democracias se construyen de la libertad de expresión y la participación de medios de comunicación, que son portadores de las denuncias ciudadanas a la clase política.
Y más lamentable aún cuando el último recurso que tienen los ciudadanos, la justicia, quedó sometida al Gobierno. Con una farsa electoral que asegura la imposición del silencio y hará prácticamente imposible al ciudadano defenderse de quien más fácilmente puede transgredir cualquier derecho: el Gobierno.
La podredumbre de la #ElecciónJudicial: exabogada de “El Chapo” gana cargo de jueza
La farsa judicial, la gran simulación, demostró la falta de mecanismos para que personajes como la exabogada de uno de los capos más peligrosos del mundo llegue a jueza penal en Chihuahua.
Ahora, Silvia Delgado tendrá entre sus responsabilidades determinar la legalidad de las detenciones, vincular o no a proceso a los individuos, y resolver medidas cautelares. Ella es un ejemplo de los riesgos de que estos candidatos ocupen el Poder Judicial.
Y para añadir evidencia al pésimo proceso realizado, el INE se encuentra en medio de una polémica tras descubrir que varios candidatos ganadores en la reciente elección judicial no cumplen con el promedio escolar mínimo requerido para ocupar el cargo. Esto significa que algunos ganadores quedaron reprobados para ejercer como jueces o magistrados.
México podría terminar como Cuba: sin luz y sin esperanza
Y así, la luz de esperanza se va debilitando, como los recientes apagones que en México se deben a una crisis en la red eléctrica debido a la falta de inversión en infraestructura de generación y transmisión de electricidad, lo que ha dejado un sistema obsoleto que lucha por satisfacer la demanda actual.
Los analistas Víctor Ramírez y Gonzalo Monroy destacan un retraso de tres a cuatro años en el desarrollo de infraestructura eléctrica y un déficit significativo de energía, especialmente en las regiones peninsular, central y occidental.
Gran parte del problema a las políticas del gobierno anterior, que restringieron nuevas inversiones, resultando en solo una cuarta parte de la inversión en generación eléctrica en comparación con el sexenio previo. Además, existe una escasez crítica de más de 4 mil 370 kilómetros de líneas de transmisión, con licitaciones pasadas para estos proyectos que fueron canceladas. Esto coloca al país más cerca de la isla Cuba.
Y aunque siempre dijimos “no seremos Cuba y mucho menos Venezuela”, la mala administración, las decisiones erradas y la ausencia de criterio en la inversión nos acercan más a ese panorama que lo que siempre quisimos estar.
