Miles de cuerpos esperan ser identificados en fosas comunes que, además de estar saturadas, operan sin control real. La trágica realidad obliga a las familias de personas desaparecidas, como la de Martín Joel González Hernández, a realizar el trabajo que le corresponde al Estado para encontrar a sus seres queridos.
El calvario de la búsqueda: De Baja California a Sonora
El caso de Martín Joel González Hernández, quien desapareció el 12 de junio pasado, ilustra la crisis de coordinación e identificación forense. Su esposa, Patricia Alvarado, relató el calvario de la búsqueda:
"Él desapareció el 12 de junio del año presente, mi esposo, Martín Joel González Hernández, nos juntamos y fuimos a buscarlo, pues aquí lo que es en el valle, en los ejidos, desgraciadamente no tuvimos éxito, no lo encontramos, pasaron los días y los días y los días.
“Tres meses después, gracias a su búsqueda personal y a la ayuda de colectivos, Patricia encontró a Martín, pero sin vida, y en otro estado: Sonora, en una fosa común junto con miles de cadáveres sin identificar.
Burocracia e indignación: “Un carpeta más”
El dolor de la pérdida se transformó en indignación al descubrir la inoperancia institucional. La Fiscalía de Sonora confirmó que el cuerpo de Martín fue localizado solo un día después de su desaparición, pero esa información nunca fue cruzada con la Fiscalía de Baja California.
Patricia Alvarado denunció que la burocracia actúa con desinterés:
“Si yo no voy ahí, a la fiscalía, por mí misma, no lo encuentro, no sé ni dónde está, es que, lo que hacen es que hacen carpetazo, ah, uno más, como la verdad es pan de cada día que haya personas desaparecidas, ahí van a aventarlo, le damos vuelta."A más de un mes de haber sido encontrado, Martín no ha recibido cristiana sepultura.
Su esposa pasa por otro calvario: no ha podido recuperar sus restos debido a los excesivos trámites burocráticos y la lentitud de los resultados de ADN.
“Todavía de la pérdida y todavía estar peleando, todavía estar rogando para que me lo puedan entregar, la verdad sí da mucha impotencia, rabia, coraje, tristeza, más que nada por sus hijos, me duele mucho por sus hijos,” expresó Patricia.
70 mil cuerpos sin identificar y un “elefante blanco”
Se estima que hay más de 70 mil cuerpos sin identificar en fosas comunes de todo el país. Fernando Ocegueda, de la organización Unidos por los Desaparecidos en BC, señaló que aproximadamente el “50 % de las personas que andamos buscando, aquí en Baja California, todos están en la fosa común”.
Ante la crisis, se planteó la creación del Centro de Resguardo Forense y depositarlos en gavetas para evitar la saturación de las fosas. Sin embargo, este proyecto se ha estancado:
- Inversión y Estancamiento: El panteón forense costó 15 millones de pesos, pero por falta de recursos solo se construyó una primera etapa de las cuatro contempladas.
- El Temor: El temor es que no se termine, que se sature en menos de un año y que acabe siendo otro “elefante blanco”, dinero tirado a la basura.
Ocegueda cuestionó la estrategia gubernamental: “Nos estamos preparando para los futuros desaparecidos, ¿es ilógico, no?, inviértelo mejor en prevención y ataque frontal al crimen organizado para que no haya tantos homicidios, necesitamos un cambio, estamos esperando que se vaya este gobierno nefasto”.
La crisis se agrava al sentir la falta de empatía del más alto nivel: “Nos sentimos agraviados completamente y más agraviados nos sentimos, que la propia Presidenta de la República diga que no pasa nada en Baja California, creíamos que iba a haber un cambio, pero desgraciadamente no hubo ese cambio”.