La NBA vuelve a respetar una tradición que muchos aficionados ya dan por sentada: no programar partidos en Thanksgiving. Aunque la liga sí domina Navidad y otros feriados, el Día de Acción de Gracias sigue siendo un territorio sin actividad, algo que cada año despierta preguntas entre los fanáticos del baloncesto en Estados Unidos.
La NBA y su tradición de descanso en Thanksgiving
Desde la temporada 2011-12, la NBA decidió dejar libre el Thanksgiving para todos los equipos, convirtiéndolo en uno de los pocos días sin actividad, junto con Nochebuena, el Día de Elecciones y la noche de la final del March Madness.
La liga nunca ha dado una explicación oficial, pero la razón se ha vuelto evidente: el Thanksgiving pertenece al NFL.
La tradición estadounidense dicta que el Día de Acción de Gracias es sinónimo de fútbol americano, reuniones familiares y millones de espectadores frente al televisor siguiendo los tres partidos que la NFL programa cada año. Intentar competir con ese monstruo mediático no resulta lógico desde el punto de vista comercial.
Además, la NBA ha querido reforzar la idea de que Thanksgiving es un día para las familias y los jugadores, permitiendo que las estrellas pasen la fecha con los suyos en lugar de viajar, concentrarse o disputar partidos. En una liga con calendario apretado y viajes constantes, este respiro es bien recibido por jugadores y entrenadores.
Una pausa que potencia el show navideño
Paradójicamente, el descanso de Thanksgiving permite que la liga prepare mejor su maratón de Navidad, una de las fechas más vistas del año para la NBA y una cita que ya forma parte de su ADN deportivo.
Mientras la NFL domina el Thanksgiving, la NBA lo hace en Christmas Day, donde históricamente reúne audiencias millonarias con duelos estelares.
El diseño del calendario evita el choque mediático entre ambas ligas y garantiza que los fans puedan disfrutar de sus deportes favoritos sin dividir la atención.
Esa combinación ha resultado perfecta:
- Thanksgiving para la NFL.
- Navidad para la NBA.
- Un calendario más saludable para los jugadores.
Y para los aficionados, una tradición ya establecida.