La NBA vive días turbulentos tras el estallido de uno de los escándalos más delicados de su historia reciente: una trama de apuestas ilegales vinculada a la mafia que involucra a figuras activas y retiradas. Y en el centro de la tormenta aparece un nombre de peso: Chauncey Billups, entrenador de los Portland Trail Blazers y miembro del Salón de la Fama, quien niega rotundamente los cargos que lo señalan.
El coach, acusado de conspiración para cometer fraude electrónico y lavado de dinero, se presentó ante un tribunal federal y se declaró inocente, defendiendo su trayectoria y asegurando que jamás participó en actividades ilegales. El caso, investigado por el FBI, involucra partidas de póker manipuladas mediante sofisticada tecnología: mesas con rayos X, barajas con códigos de barras y cámaras ocultas, herramientas usadas por grupos criminales para engañar a jugadores de alto perfil.
Un escándalo que sacude la integridad de la NBA
Billups no es el único señalado. El escolta de los Miami Heat, Terry Rozier, también fue arrestado, al igual que otros exjugadores vinculados a apuestas deportivas ilegales. Ambos fueron puestos en licencia indefinida, mientras la liga coopera con las autoridades federales.
Según los fiscales, la figura de Billups fue instrumental para atraer jugadores a mesas privadas donde se realizaban apuestas bajo un sistema de engaño. Aunque el entrenador rechaza toda responsabilidad, las autoridades afirman que el operativo estaba diseñado para manipular resultados y lavar dinero.
El impacto en la NBA ha sido inmediato. El comisionado Adam Silver reconoció estar “profundamente perturbado” por las revelaciones y lamentó que el inicio de temporada quede opacado por una investigación tan seria. Reiteró que la liga defenderá la integridad competitiva, su valor más sagrado ante jugadores, equipos y aficionados.
¿Qué sigue para Billups, Rozier y la NBA?
El futuro inmediato de Billups es incierto. Mientras prepara su defensa legal, su puesto en Portland queda en pausa y su reputación, construida durante más de dos décadas, enfrenta un desafío mayúsculo.
Para la NBA, el caso abre un nuevo capítulo en la batalla contra las apuestas no reguladas en una era donde las casas legales de apuestas se han vuelto parte del ecosistema deportivo estadounidense. La liga sabe que este caso marcará precedente y que la vigilancia deberá aumentar.