El documental Número Desconocido ha despertado gran interés entre los espectadores por exponer un caso real de ciberacoso que estremeció a Estados Unidos en 2020. Con una duración de 90 minutos, la producción combina testimonios, entrevistas y recreaciones que mantienen la tensión hasta el último minuto.
La historia gira en torno a Lauryn Licari, una adolescente de 13 años que, junto a su novio Owen, comenzó a recibir mensajes anónimos cargados de insultos y amenazas. Lo que parecía un acoso sin rostro terminó por transformarse en una pesadilla que obligó a la intervención del FBI.
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¿Quién estaba detrás de los mensajes anónimos?
El giro más perturbador llega en el tramo final, cuando las investigaciones digitales apuntan directamente a alguien cercano. La madre de Lauryn, Kendra Licari, fue identificada como la autora de los mensajes que atormentaban a su hija y al joven Owen.
Este hallazgo no solo conmocionó a la familia, sino que también reveló los celos y la envidia que motivaron a Kendra a emprender un hostigamiento sistemático contra su propia hija. La confesión terminó por fracturar de manera definitiva la relación madre e hija.
¿Qué deja el final de Número Desconocido?
La última parte del documental muestra los intentos de Lauryn por superar el trauma y reconstruir su vida, aunque el daño emocional resultó profundo. Más allá del drama familiar, la producción expone el impacto del ciberacoso y advierte sobre los riesgos de la manipulación psicológica ejercida incluso desde el núcleo familiar.
El caso de Beal City, Michigan, se convierte así en un llamado de atención sobre los peligros invisibles de la tecnología y los secretos oscuros que pueden esconderse detrás de una pantalla.
Más allá del escándalo familiar, Número Desconocido invita a reflexionar sobre cómo la confianza puede quebrarse cuando la violencia digital proviene del propio hogar. Expertos en psicología entrevistados dentro de la producción subrayan que este tipo de traición genera heridas más profundas que un acoso externo, pues destruye la seguridad básica que un hijo espera de sus padres.