La memoria de Amy Winehouse, una de las voces más icónicas de la música británica, vuelve a estar en el centro de la atención pública. A más de una década de su fallecimiento, su padre, Mitchell Winehouse, emprendió acciones legales contra dos antiguas amigas de la cantante, acusándolas de lucrar con objetos personales que, según él, debían pertenecer a la familia y a la fundación creada en honor a su hija.

El reclamo de Mitchell Winehouse

El proceso judicial, iniciado en el Tribunal Superior de Londres, busca recuperar cerca de $972 mil dólares obtenidos por la subasta de vestidos, accesorios y artículos íntimos de la artista. Mitchell sostiene que esos bienes eran patrimonio familiar y que parte de lo recaudado debía destinarse a la Amy Winehouse Foundation, organización dedicada a apoyar a jóvenes en riesgo por adicciones.

Entre los objetos subastados se encuentran piezas emblemáticas como el vestido de Bamboo, utilizado por Amy en su última gira en junio de 2011, apenas un mes antes de su muerte. La venta de este vestido alcanzó los $243 mil dólares, cifra que refleja el valor simbólico y emocional que los recuerdos de la cantante aún tienen para sus seguidores.

Las acusadas: amigas cercanas convertidas en demandadas

Las mujeres señaladas son Naomi Parry, estilista y colaboradora creativa de Amy, y Catriona Gourlay, antigua compañera de vivienda. Ambas conocieron a la artista en los primeros años de su carrera y compartieron momentos de cercanía antes de que Winehouse alcanzara fama internacional.

La defensa de Gourlay argumenta que muchos de los artículos fueron regalos personales de la cantante, entregados sin contratos ni documentos que acreditaran propiedad. “Si una joven de 19 años da una bufanda o unos pendientes a su amiga, nadie firma un contrato”, señaló su abogado, subrayando la generosidad de Amy.

Un juicio con matices emocionales y económicos

La abogada de Parry, Beth Grossman, destacó la diferencia de recursos entre Mitchell, quien admitió ser multimillonario gracias a la herencia de su hija, y las acusadas, que no cuentan con el mismo respaldo financiero.

Mitchell Winehouse, por su parte, asegura que intentó llegar a un acuerdo extrajudicial, aceptando recibir solo el 30% de las ganancias. Al no prosperar la negociación, decidió reclamar la totalidad del dinero, equivalente a 730 mil libras.

El legado de Amy en disputa

La artista falleció en julio de 2011, víctima de una intoxicación etílica accidental, dejando un vacío en la música y una huella imborrable en la cultura pop. Hoy, su legado se debate en tribunales, donde se decidirá si los recuerdos que marcaron su vida pertenecen a quienes los compartieron en intimidad o a la familia que busca preservarlos como parte de su memoria oficial.

Las audiencias concluirán este viernes, y el fallo será clave para definir no solo la propiedad de los objetos, sino también el rumbo de la Amy Winehouse Foundation, que depende de estos recursos para continuar con su labor social.