El gimnasio donde Andrea entrena no se salvará del apocalipsis zombie, pero ella y sus amigas se darán cuenta, tal vez muy tarde, de que algo terrible está sucediendo cuando uno de sus compañeros se vuelve extrañamente agresivo. Pocos son los que quedan vivos o sin infectarse, y tendrán que hacer todo lo necesario para salir con vida del edificio y Andrea deberá ser paciente hasta que su esposo llegue por ella para salir corriendo y salvar a sus hijos.