Pedro habla con Alina, y le confiesa que quiere casarse con ella lo más pronto posible y ella acepta, y además, reciben la bendición de Alberto.
Alina le dice a Alberto que Marcela se fue de la ciudad, asegurándole que ella estaba muy ofendida por lo sucedido en la junta de la empresa, y aunque ella intentó abrirle los ojos a Alberto tras lo que le dijo a Marcela, él sigue aferrado a sus pensamientos.